Aunque ya se haya celebrado la gala de los Oscar referente a las películas estrenadas en 2014, quería cerrar la serie de artículos que hacen referencia a estos premios con un último tema que, para hacer justicia, también puede servir como homenaje a esos actores y actrices que nunca ganaron el Oscar.
A diferencia de las películas que no ganaron el Oscar, o que no fueron siquiera nominadas en ninguna categoría, y al igual que cuando hacíamos mención de los directores que nunca ganaron el Oscar, el caso de los actores duele más, porque suelen estar presentes en la memoria de los cinéfilos gracias a muchos y espléndidos trabajos, y es más duro ver que no se les reconoció ninguno.
Es cierto que, en ocasiones, ha habido premios de compensación, que hacen que grandes actores no premiados por grandes papeles estén ausentes en esta lista, pero no voy a excluir de ella a los que sólo han sido reconocidos de manera honorífica.
Voy a dividir la lista en cinco actores y cinco actrices, sin ningún orden especial más que su fecha de nacimiento. No quiero decir con ello que sean unos mejores que otros, ni tampoco que sean mejores que otros que, por considerarlos personalmente menos llamativos, pudieran estar aquí también.
Edward G. Robinson (1893-1973)
Uno de los rostros imprescindibles del cine clásico, y uno de los más característicos también. Su nombre aparece en más de cien créditos de películas como actor en una carrera larguísima pero apenas premiada. Tal vez esto se viera por sus problemas al ser acusado de comunista en plena caza de brujas en los años cincuenta, pero para entonces ya había participado en títulos tan grandes como Perdición, Perversidad o Cayo largo. Nunca recibió una nominación a los Oscar, pero sí se le concedió un premio honorífico en 1973 que no pudo recoger por haber fallecido un par de meses antes.
Joseph Cotten (1905-1994)
Participó en títulos imprescindibles en la historia del cine, como Ciudadano Kane, El tercer hombre, La sombra de una duda o Sed de mal, por poner unos ejemplos. Pero tampoco consiguió estar nunca nominado por sus trabajos que, en total, superan holgadamente la centena. Aún así, es uno de los actores que siempre recordamos a la hora de hablar de cine clásico.
Kirk Douglas (1916)
Es el único actor vivo de esta lista, y es más que centenario. Pero, por su avanzadísima edad, y por estar ya retirado desde hace unos años, creo evidente que no va a ganar un Oscar a mejor actor. Estuvo nominado en tres ocasiones, por El ídolo de barro, Cautivos del mal y El loco del pelo rojo. Son grandísimos papeles a los que podríamos añadir muchos otros que permanecen en nuestra memoria marcados a fuego, como en Espartaco o Senderos de gloria. En 1996 le concedieron un Oscar honorífico al cumplirse medio siglo de su debut en la gran pantalla. Nosotros hicimos aquí nuestro homenaje con un repaso a sus diez mejores películas.
Richard Burton (1925-1984)
Fue uno de los mitos del Hollywood clásico, y muchas veces es también recordado por su relación con Elizabeth Taylor, con quien se llegó a casar dos veces. Pero su presencia en esta lista se debe a que no ganó el Oscar a pesar de estar nominado siete veces por papeles en películas tan relevantes como Becket, El espía que surgió del frío o ¿Quién teme a Virginia Woolf? Lo que sí ganó fueron dos Globos de oro, al principio y al final de su carrera.
Peter O’Toole (1932-2013)
Nacido en Irlanda, y criado en Inglaterra, este actor es el rostro de Lawrence de Arabia, papel por el cual recibió la primera de sus ocho nominaciones a los Oscar al mejor actor. También compartió pantalla con Burton en Becket, que fue su segunda nominación. Su caso es curioso por una razón, ya que le dieron un Oscar honorífico en 2003 en reconocimiento a su carrera y, cuatro años más tarde, volvió a ser nominado, aunque tampoco venció. Al menos, pudo disfrutar durante unos años del reconocimiento de la Academia.
Marlene Dietrich (1901-1992)
Cantante y actriz de origen alemán, Marlene Dietrich está considerada por muchos como una de las mejores intérpretes de todos los tiempos. Sin embargo, sólo recibió una nominación a los Oscar y muchos de sus grandes papeles, como en Testigo de cargo o Vencedores o vencidos pasaron completamente desapercibidos para la Academia. Aún así, no sólo su nombre, sino su rostro, permanecen imborrables para los amantes del séptimo arte.
Greta Garbo (1905-1990)
Si hay que ponerle cara a un mito de Hollywood, yo se lo pondría a Greta Garbo. Considerada muchas veces como la belleza perfecta y también recordada en otras ocasiones por las pocas veces que se le pudo ver sonreír, su tempranísimo retiro y su voluntario ocultamiento de la vida pública acrecentó su leyenda. A pesar de su corta carrera, estuvo nominada cuatro veces, por Romance, Anna Christie, La dama de las camelias y, cómo no, por nuestra favorita: Ninotchka. En 1955, cuando ya llevaba alejada de los focos unos cuantos años, se le concedió un Oscar honorífico, pero no acudió a recogerlo.
Barbara Stanwyck (1907-1990)
Esta actriz es otro de los mitos de Hollywood, sobre todo por su clásico rol de mujer fatal, lo cual le hizo conseguir hasta cuatro nominaciones a los Oscar como mejor actriz. Lástima que no se llevara ninguno, porque ciertamente se lo merecía; sólo hay que verla en Juan Nadie, Las tres noches de Eva o Perdición. Al final de su carrera se centró en el mundo televisivo, y llegó a participar en series tan famosas como El pájaro espino o Dinastía. En 1982 le dieron un Oscar honorífico por el conjunto de su carrera.
Deborah Kerr (1921-2007)
La británica fue una de las actrices más importantes y relevantes del Hollywood de los años cincuenta, participando en grandes producciones como Las minas del rey Salomón, De aquí a la eternidad o El rey y yo. Llegó a acumular seis nominaciones a los Oscar, pero sólo pudo lograr el reconocimiento honorífico en 1994. Aquí la hemos recordado recientemente por su gran papel en Suspense.
Judy Garland (1922-1967)
Comenzó joven y brillantemente con El mago de Oz, lo cual la convirtió en todo un mito que permanece hoy en día vivo. De hecho, la Academia le dio un premio juvenil por ese papel, aunque nunca consiguió un Oscar a la mejor actriz. Estuvo nominada en dos ocasiones, por dos grandes trabajos como los realizados en Ha nacido una estrella y Vencedores o vencidos. Falleció prematuramente, a los 47 años, por lo que su carrera se vio cortada antes de tiempo, y no pudimos disfrutar de más interpretaciones suyas.
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