Aquellos maravillosos años (The Wonder Years) es una de esas series que dejan huella en el corazón. En Estados Unidos se emitió desde 1988 hasta 1993, y también estuvo presente en la programación de muchas otras cadenas a lo largo de todo el mundo.
Desde entonces, todos los aficionados al mundo de la televisión la tenemos en un lugar destacado, no solo por el recuerdo imborrable de sus personajes e historias, sino porque, seguramente sin pretenderlo, marcó un antes y un después en la ficción audiovisual.
En este artículo trataré de repasar todas esas cosas que nos hicieron vibrar con Aquellos maravillosos años, y también te explicaré, en caso de que no la hayas visto nunca, por qué deberías darle una oportunidad. ¡Dale al play!
¿De qué va Aquellos maravillosos años?
Ambientada a finales de los 60 y principios de los 70, Aquellos maravillosos años se centra en la vida de Kevin Arnold, un adolescente que vive con su familia en un típico barrio residencial en una ciudad de Estados Unidos.
La principal característica de la serie es su espíritu nostálgico y conmovedor, que apela a aquellos maravillosos años que habían transcurrido dos décadas atrás, con unos cambios históricos, sociales y culturales muy importantes, tanto para Estados Unidos como para el resto del mundo.
De hecho, aquellos años 60, que muchos llamaron la década prodigiosa, no sólo eran de gran añoranza para los americanos. En otras partes del mundo, los espectadores adultos que la veían también lo hacían con cariño y nostalgia, y transmitían esos sentimientos y mucha curiosidad a los más jóvenes, a los que trataban de mostrar cuán distinta era la vida tan solo unos años antes.
Pero no solo de nostalgia trata Aquellos maravillosos años. La serie también aborda temas más serios, como el racismo, la guerra y el papel cambiante de la mujer en la sociedad, sobre todo en lo que suponía un alejamiento de la antigua ama de casa muy familiar a una mujer independiente que necesita rebelarse contra los estándares y roles más tradicionales.
Los personajes de Aquellos maravillosos años
El personaje central de Aquellos maravillosos años era Kevin Arnold (Fred Savage), un adolescente con los problemas comunes que tenían los jóvenes de su edad, como los deberes, los primeros amores y las relaciones sociales en el instituto. A su alrededor, los personajes normales que pueden acompañar a un joven adolescente, como sus padres Jack (Dan Lauria) y Norma Arnold (Alley Mills), sus hermanos Wayne (Jason Hervey) y Karen (Olivia D’Abo).
También su mejor amigo Paul Pfeiffer (Josh Saviano) y su primer amor, Winnie (Danica McKellar), y todos y cada uno de ellos tiene un rol muy definido que, en la actualidad, puede sonar arquetípico, pero que funcionaba a la perfección.
Kevin era un niño bastante normal, podríamos decir casi que era el niño estándar, que no destacaba demasiado ni en los estudios ni en los deportes ni con las chicas, pero tampoco era de los peores en nada de eso. Y esto, aunque pueda parecer poco interesante a priori, es perfecto para conocer cómo era la vida en aquellos maravillosos años sesenta. Porque de eso trata la serie, en realidad.
Sus padres también ejercían roles muy tradicionales. Jack era una persona autoritaria, que se preocupaba por su familia y que consideraba que era el máximo responsable de conseguir el bienestar y el control de cada uno de ellos. Un tipo firme que, cuando se enfadaba, imponía de verdad. El contrapeso a su autoridad lo ponía la dulce Norma, siempre sonriente, siempre con la actitud dispuesta a agradar, acoger y ayudar.
En los hermanos de Kevin, hay alguna diferencia más. Karen era la mayor y era una chica más rebelde, que pertenecía de lleno a esa generación que despertaba en busca de la paz y el amor, una vez que ya daban por sentados todos los beneficios y privilegios de la clase media americana.
En cuanto a Wayne, su personaje está mucho más presente en la serie, como un chico un poco mayor que Kevin que, sin tantas inquietudes como las de nuestro protagonista, se dedicaba, principalmente, a abusar del hermano pequeño.
Por último, cabe destacar la presencia de dos personajes que tuvieron un gran éxito, por encima de los otros miembros de la familia de Kevin. Hablo de Paul, ese mejor amigo incondicional que está ahí siempre para ayudar, asumiendo a la perfección un rol de secundario o asistente, tal y como Milhouse lo es de Bart Simpson. Sí, incluso por las gafas podríamos compararlos.
En lo que respecta a Winnie, más allá de aparecer como el primer amor, con una química adolescente y juvenil prácticamente perfecta con Kevin, también es una amistad cercana, cómplice y sensible. Clave para todo lo relacionado con el despertar del amor de Kevin.
Los grandes aciertos de Aquellos maravillosos años
Los creadores de Aquellos maravillosos años fueron Carol Black y Neal Marlens, que se basaron en sus propias experiencias de infancia en los años 60 y 70 para crear el escenario y los temas de la serie. La serie se concibió inicialmente como una comedia sobre una familia de clase media de los suburbios a finales de los 60, pero Black y Marlens pronto se dieron cuenta de que podían utilizar este escenario para explorar temas más serios.
La serie fue rechazada inicialmente por varias cadenas, pero finalmente encontró un hueco en la programación de ABC. El episodio piloto, emitido después de la Super Bowl de 1988, fue un éxito de público y crítica, y Aquellos maravillosos años se convirtió rápidamente en una de las series más populares de la televisión.
Uno de los elementos clave de Aquellos maravillosos años fue el uso de la narración en off. La serie se presentaba como una serie de recuerdos sobre los que Kevin Arnold reflexionaba de adulto, narrados por el actor Daniel Stern. Esto permitía explorar temas y emociones más complejos que los de una comedia de situación tradicional, y ofrecía a los espectadores una visión más profunda de la vida interior de Kevin. Cabe decir que este recurso fue el que, años después, también se utilizaría en la serie española Cuéntame, que recurría al mismo planteamiento para repasar la historia reciente de nuestro país.
Además, la serie también consiguió sacarle partido a la maravillosa música que se creó en aquellos años, incidiendo aún más en el sentimiento de nostalgia de los espectadores. La primera de todas, por supuesto, la maravillosa With a Little Help from My Friends de The Beatles, aquí en la versión cantada por Joe Cocker, que está considerada como una de las canciones más emblemáticas de la televisión de todos los tiempos.
Por último, quiero incidir en la riqueza que tienen los guiones y las historias de Aquellos maravillosos años. A pesar de su apariencia de serie rebosante de tópicos, tiene una gran profundidad gracias a los temas que aborda y a la variedad de géneros que trata, algo innovador para lo que se suponía que iba a ser una comedia ligera de televisión.
Aquellos maravillosos años duró seis temporadas y 115 episodios, antes de terminar en 1993. A pesar de su popularidad, la serie nunca llegó a editarse íntegramente en DVD debido a problemas para conseguir los derechos musicales. Sin embargo, en 2014 se editó un DVD con la mayor parte de la música original, que acercó la serie a una nueva generación de seguidores y permitió que muchos espectadores de las emisiones originales pudieran volver a disfrutarla.
Legado e impacto de Aquellos maravillosos años
Aquellos maravillosos años tuvo un impacto significativo en la cultura popular desde que se emitió por primera vez en 1988. Su mezcla única de comedia y drama, unida a su nostálgico retrato de finales de los 60 y principios de los 70, ayudó a redefinir lo que podía ser una comedia de situación hacia un producto más complejo y completo, con ambición y visión a largo plazo.
Pero, además del formato y de esa mezcla tan bien equilibrada entre distintos géneros, Aquellos maravillosos años fue el detonante de que, en los siguientes años, se encadenaran series y películas cuya primera intención era despertar la nostalgia del público. Esto es algo que nos resulta muy natural hoy en día, ya que son muchas las producciones que se aprovechan del tirón de la nostalgia, pero entonces no era tan habitual.
Y, si entonces la añoranza se enfocaba en los años 60, ahora estamos viendo cómo son los años 80 los que recaban mayor atención, y poco a poco nos iremos adentrando en los 90, ya que los espectadores que más ficción consumen son los que echan de menos aquellas décadas.
De hecho, pocos años después del final de Aquellos maravillosos años, se estrenaba en Estados Unidos una sitcom pura y dura que tiraba descaradamente de los años 70 para explorar temas y personajes. Hablo de Aquellos maravillosos 70 (That 70s Show), pero también de otras producciones más recientes, como Stranger Things o Dark.
Y si nos fijamos en el uso de la voz en off como recurso para conducir las tramas, la influencia directa de Aquellos maravillosos años se puede ver en Cómo conocí a vuestra madre (How I Met Your Mother) y la ya nombrada Cuéntame, aunque también en otras series de distinto estilo, como Mujeres desesperadas (Desperate Housewives) y Arrested Development.
En definitiva, Aquellos maravillosos años sigue siendo un referente cultural más de 30 años después de su estreno. Los temas que aborda, a pesar de estar enmarcados en una época concreta, e incluso en un país definido, no dejan de ser universales, por lo que somos muchos los que, tarde o temprano, nos vemos identificados.
De hecho, es una serie que aguanta muy bien los sucesivos visionados con el paso de los años. No solo por la enorme calidad técnica y artística con la que se produjo en su momento, sino porque, también como espectadores, podemos ver cosas nuevas en ella, al ver nuestro reflejo en cada uno de los personajes más adultos.
Tal vez, en términos de contenido, éste sea su mayor logro, el de aunar distintas capas y puntos de vista de un modo en el que todo funcione a la perfección y surja la magia de seguir interesando décadas después, a los mismos espectadores que antaño y a otros nuevos.
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