Hay películas que no son buenas, pero son especiales. Muchas veces son esas películas que llamamos de culto, y que tanto gustan en esta página porque están rodeadas de un halo especial. Pero otras veces, parece que no han alcanzado tal privilegio y, aún así, las seguimos recordando con un especial cariño por que provocan gratos recuerdos o, simplemente, son entrañables.
Muchos la hemos visto cuando éramos pequeños y todos nos hemos visto reflejados en ese crío que desea hacerse mayor, ya sea por un capricho no consentido, o por tener mayor libertad, o porque, sin ninguna excepción, pensamos que la vida de los adultos es mucho mejor que la de los niños.
Pero en las películas, ya sabéis, los deseos se pueden convertir en realidad, y eso es lo que le sucede a Josh Baskin (David Moscow) cuando, harto de que sus padres no le tomen en serio, pide un deseo en una de esas máquinitas que hay en las ferias americanas, con una especie de mago que, a cambio de una moneda, dice conceder lo que la gente le pida. Obviamente, el joven Josh lo hace como un juego, sin esperar que, a la mañana siguiente, se va a levantar convertido en un hombre de treinta años (Tom Hanks).
Cuando quiere revertir el deseo, no lo consigue porque la feria se ha cambiado de ciudad, y no sabe qué hacer, ni cómo comportarse. No es fácil para un niño estar y actuar como un adulto. Finalmente, consigue trabajo en una empresa de juguetes donde poco a poco va progresando y también va encontrando el amor en la persona de Susan (Elizabeth Perkins).
Big es una comedia típica de los años ochenta, con nada que la haga destacar en especial salvo su protagonista grande, Tom Hanks. De hecho, estuvo nominado al Oscar y ganó el Globo de Oro. Y es que, por aquellos años, el bueno de Hanks estaba bastante centrado en las comedias de digestión fácil para todos los públicos, sin que muchos pensáramos que iba a llegar a consumar esos tantos otros papeles serios que le han dado aún más fama en las últimas décadas. Elizabeth Perkins, por su parte, lleva un tiempo centrada en el mundo televisivo, y la directora, Penny Marshall, no consiguió ningún otro éxito y también está más enfocada en su carrera como actriz.
Por último, y antes de cerrar este agradable homenaje cinéfilo, quiero dejar la escena más recordada de Big, y que ha sido homenajeada en muchas ocasiones. No lo neguéis, todos habéis querido hacer esto alguna vez.
4 comentarios
¡Muchas gracias Rubén! Esta película marcó mi infancia y la recuerdo con mucho cariño. Además sigo pensando que la idea de conservar el alma infantil, siempre dispuesta a sorprenderse, es una de las cosas más valiosas de la peli. Un principio para orientarse cuando las cosas se ponen demasiado serias en la vida. ¡Gracias de nuevo!
Completamente de acuerdo contigo. Conservar el alma infantil nos viene muy bien. Muchas gracias a ti!
Pues a mi me encanta! Igual no es buena pero es lo que dices, la tenemos en la patata y hemos crecido con ella 🙂 Besos!
Glo de COCINAR CON AMIGOS
Y si la encontramos en la tele, siempre nos quedamos a verla! 🙂