Carretera perdida (Lost Highway) es una película dirigida por David Lynch y estrenada en 1997. A pesar de que la filmografía del director norteamericano está plagada de obras complejas y desconcertantes, esta película está considerada como una de las más inquietantes y difíciles de entender. No en vano, se considera una obra de culto y todavía hoy sigue generando debate.
La película cuenta la historia de Fred Madison (interpretado por Bill Pullman), un músico de jazz que vive con su esposa Renee (interpretada por Patricia Arquette). Fred sospecha que su mujer le es infiel, pero en lugar de hablarlo con ella, se va encerrando cada vez más en sus pensamientos. Un día, empiezan a recibir misteriosas cintas de video que muestran el exterior y el interior de su vivienda, como si alguien hubiera entrado en mitad de la noche. A su llamada acuden dos agentes de policía, Al y Lou (interpretados por John Roselius y Louis Eppolito respectivamente), quienes no parecen dar mucha credibilidad al relato de la pareja. A medida que la narrativa se desarrolla, Fred se encuentra envuelto en una serie de eventos confusos y aterradores.
Además de un guion retorcido como pocos y unas interpretaciones soberbias, cabe destacar la excelente fotografía de Peter Deming (Mulholland Drive, Twin Peaks, The Jacket). Y mención aparte también merece la banda sonora, a cargo de artistas tan populares como David Bowie, Rammstein, Lou Reed, Marilyn Manson (con cameo incluido), Nine Inch Nails o Smashing Pumpkins, entre otros.
“Prefiero recordar las cosas a mi manera […],
no necesariamente como ocurrieron.”
A partir de aquí, spoiler.
Una noche, tras actuar en un club, Fred llama a su casa pero no consigue localizar a Renee, a pesar de que ésta le había prometido que se quedaría leyendo un libro. Sin embargo, cuando regresa la encuentra durmiendo como si nada hubiera ocurrido. Aparecen las primeras cintas y Fred se va volviendo cada vez más irascible y paranoico. Poco tiempo después, acuden a una fiesta en la mansión de Andy, un viejo amigo de Renee. En un momento dado aparece el personaje más misterioso y siniestro de toda la cinta, el perista (interpretado por Robert Blake). Esa misma noche, aparentemente durante un brote psicótico, Fred asesina a Renee de manera salvaje.
Minutos después llega el gran giro de Carretera perdida. Para asombro de los guardias que lo custodian, Fred desaparece de su celda y en su lugar aparece Pete Dayton (interpretado por Balthazar Getty), un joven mecánico con una vida completamente normal y que sufre un leve episodio de amnesia. A partir de aquí, Lynch nos muestra la vida de Pete y su relación con un mafioso cruel y despiadado, Mr. Eddie (interpretado por Robert Loggia). A éste le acompaña una bella mujer, de nombre Alice y también interpretada por Patricia Arquette. Pete comienza una relación con la chica a espaldas de Mr. Eddie, pero el mafioso se acaba enterando y termina amenazándole.
Al final, Alice le propone escaparse juntos, pero el joven mecánico acaba descubriendo que ella le ha utilizado para matar a Mr. Eddie.
¿De qué trata Carretera perdida?
Como el propio Lynch ha indicado en alguna ocasión, la película trata sobre la enfermedad mental del protagonista. Más concretamente, del trastorno de personalidad disociativo que ocurre ante la incapacidad de afrontar un hecho grave. Para ello, el director nos cuenta la historia desde el punto de vista del protagonista, en una narrativa no lineal que confunde los hechos y nos hace incapaces de distinguir lo real de lo ficticio. Inspirado por la teoría del psicoanálisis de Freud, David Lynch pinta con maestría un retrato de la enfermedad.
El concepto de dualidad universal está presente en toda la historia. Los protagonistas tienen un alter ego: Fred/Pete y Renee/Alice. Y dentro de sí mismos, cada personaje también se desdobla en dos partes, como en la figura de Jekyll y Hyde.
Fred tiene un lado bueno y otro violento. Pete también parece un chico normal, pero al final termina matando de manera salvaje a Andy. Renee parece una esposa frágil y sumisa mientras que Alice es sádica y retorcida. Mr. Eddie parece en un principio un hombre justo, pero se acaba revelando como un psicópata violento. Incluso los dos agentes de policía parecen encarnar por momentos las dos mitades de una misma persona.
La dualidad también está presente en la fotografía. Mientras que la primera parte de la historia de Fred es oscura y tenebrosa, la de Pete es luminosa y colorida (hasta que todo se empieza a enturbiar). Y existe un elemento simbólico que aparece dos veces y es el punto de inflexión en las dos historias, la cabaña del perista en el desierto.
Un hipótesis coherente
Si partimos de la base de que el propio protagonista (Fred/Pete) no comprende lo que les está sucediendo, Carretera perdida podría perfectamente dejar lugares difusos e inconexos. Sin embargo, en ambas historias todo parece estar relacionado. Entonces, ¿Qué sentido puede tener la historia?
Una forma de explicar la historia podría ser que Fred, enloquecido por los celos y por sus propios complejos, asesina a su esposa. A punto de ser ejecutado, imagina a su alter-ego (Pete) e inventa una rocambolesca historia para tratar de encontrar una explicación coherente a todo lo sucedido. Su huida es solo mental.
Al final, la verdad se le hace inevitable y por eso termina de nuevo cambiándose por Pete, para revelarse a sí mismo como el autor de los asesinatos.
En cualquier caso, una de las grandes virtudes de Carretera perdida es que después de cada nuevo visionado, el espectador puede sacar diferentes interpretaciones.
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