Con la muerte en los talones

Con la muerte en los talones

Creo que Con la muerte en los talones (North by Northwest, 1959) es la película de Alfred Hitchcock que más puede recordarse de aquí a unos años. Y lo creo porque la considero una de las películas más geniales jamás filmadas.

Con la muerte en los talones es un thriller de los de Hitchcock, de los que tienen un falso culpable y en los que hay un sinfín de escenas emocionantes. También es un homenaje al cine negro más clásico del Hollywood de los años anteriores, aquel protagonizado por gente como Humphrey Bogart y dirigido por un joven John Huston.

Pero hay mucho más. Con la muerte en los talones es una película tan rica en tantos aspectos que forman parte del séptimo arte que trataré de desarrollar aquí algunos de los más llamativos.

¿De qué va Con la muerte en los talones?

Roger O. Thornhill es un ejecutivo publicitario al que confunden con un peligroso espía internacional y que ve cómo, de repente, su placentera vida de hombre de negocios de alto nivel se ve transformada en una pesadilla con la que solo puede intentar salvar su vida.

El problema crece cuando la organización de espionaje que anda detrás de él se muestra mucho más poderosa de lo que a priori puede parecer y, sobre todo, cuando Roger descubre que no tiene un modo fácil de escapar de ella y que nadie parece dispuesto a ayudarle o, peor aún, a creerle.

Con la muerte en los talones

El punto de vista único que nos ofrece Hitchcock

Roger O. Thornhill es un hombre apuesto, maduro, de los que tiran de su secretaria y de su madre para el día a día, y del humor o del descaro para el minuto a minuto. Hitchcock nos da a entender esto en los primeros compases de la película y, sin darnos cuenta, se nos presenta el detonante: la confusión que una organización de espionaje comete, que lo involucra en una trama que casi nadie conoce y que pone su vida en peligro continuamente.

En apariencia, podría ser un gran protagonista de una película de suspense o de un noir, aunque su carácter nos lleva más al típico guion de comedia. Pero no solo él, hay muchos otros aspectos de Con la muerte en los talones que nos hacen pensar que estamos ante una visión original del cine de suspense.

Con la muerte en los talones

Algunos detalles que pueden parecer menores, como la escasa diferencia de edad entre Thornhill y su madre, al menos en lo aparente, y otros mucho más visuales como su foto en la portada del periódico agarrando el puñal con el que acababan de matar al señor Townsend. Ese conjunto de puntos nos saca una sonrisa más o menos evidente, y que está presente a lo largo de todo el film.

El doble engaño de Hitchcock

Hitchcock era un maestro del suspense porque sabía manipular a la perfección las sensaciones de los espectadores a través de lo que se mostraba en pantalla. Pero aquí va un paso más allá. Aquí no solo nos engaña con sus habituales artimañas de intriga, sino que también lo hace con lo que respecta al género de la película.

Todavía hoy en día hay mucha gente que duda al clasificar Con la muerte en los talones en un género concreto. Yo pienso que, de elegir uno solo, Con la muerte en los talones es un clásico del thriller y, un poco más allá, del cine de espionaje. Pero siendo más generosos, para poder ser más precisos, aquí estamos ante una película que también roza lo absurdo y lo paródico.

Otra de las características más habituales en las películas de Hitchcock son los elementos de exageración, los cuales convierte en verosímiles gracias a su maestría tras la cámara y al modo en que envuelve la acción dentro de una historia general.

Con la muerte en los talones

Pero aquí lleva esto a tal extremo que uno no sabe si está arriesgándose para ver hasta dónde llega su poder sobre el espectador o que, simplemente, se está parodiando a sí mismo. El ejemplo más claro de esto es la escena en la que tratan de matar a Roger O. Thornhill con una avioneta fumigadora.

Esto, con un mínimo de reflexión, no se sostiene. Pero en la película funciona a la perfección. Y no solo eso. La que es la escena más famosa de Con la muerte en los talones puede que sea también una de las escenas más famosas de la historia del cine. Porque, además de ser una idea realmente original, está ejecutada de un modo magistral.

El reparto y los personajes de Con la muerte en los talones

El reparto de Con la muerte en los talones es otra de las mejores virtudes de la película. Un Alfred Hitchcock en la cresta de la ola no podía sino atraer a prácticamente cualquier actor que le apeteciera y, en esta ocasión, eligió sin posibilidad de perder.

Cary Grant, James Mason, Eva Marie Saint y Martin Landau. Solo con estos nombres, cualquier película suma puntos. Los dos primeros, sobre todo, porque aquí hacen lo que mejor saben hacer, cada uno en su rol.

Con la muerte en los talones

Cary Grant, a pesar de estar en una película de espías, es un protagonista perfecto. Tiene planta, tiene talento y, sobre todo, tiene esa vis cómica que encaja en la diferencia que marca esta película.

James Mason, por su parte, ejecuta a la perfección al villano serio y preciso, despiadado y letal. Es otro de esos rostros que añaden valor a las escenas solo con aparecer y al conjunto de las películas por su impresionante manera de proyectar los sentimientos de sus personajes.

Eva Marie Saint es la actriz perfecta para encarnar de un modo eficaz a esa mezcla de femme fatale y compañera del héroe. También es rubia, algo que parecía imprescindible para Hitchcock. Y en lo que se refiere a Martin Landau, un jovencísimo de aquella pero magnífico igualmente en su labor de temible secuaz del malvado.

Cabe señalar, a modo de curiosidad, que James Stewart estaba deseando interpretar el papel de Thornhill, pero Hitchcock siempre había querido a Cary Grant y, para no decepcionarle, espero a que Stewart se hubiera comprometido con el papel protagonista de Anatomía de un asesinato, de Otto Preminger.

Recepción y crítica de Con la muerte en los talones

El mismo Cary Grant se volvía loco durante el rodaje de Con la muerte en los talones, porque no encontraba sentido a lo que iba grabando. Ese guion despistaba a todo aquel que lo leía, y nadie entendía nada. Así, incluso las previsiones resultaban flojas, salvo para Alfred Hitchcock.

Para él, el caos y la incertidumbre eran proporcionales a la consecución de ese tono tan extremadamente exagerado que quería mostrar. La parodia iba a ser tan grande que no lo iba a parecer y así resulta.

El público no se puede decir que la acogiera con tremendo entusiasmo, al menos en las salas de cine. La recaudación de Con la muerte en los talones fue lo suficientemente alta como para resultar rentable. Pero no es el producto típico de los grandes estudios que se estudia como negocio de superávit a corto plazo.

con la muerte en los talones

Otra cosa diferente es pensar en lo que Con la muerte en los talones significa tantas décadas después de su estreno. Estamos hablando de palabras mayores, de una de las mejores películas de uno de los mejores directores que ha habido hasta el momento. Y, en lo que a mí respecta, solo puedo decir que Con la muerte en los talones es una de las mejores películas de un género del que no está segura que quiere pertenecer.

Sea cual sea este, creo que Con la muerte en los talones es una película absolutamente imprescindible. Lo es porque marca la diferencia sobre los estándares habituales del thriller y del cine comercial de los años cincuenta. Pero, sobre todo, porque se desmarca de las películas típicas de género que, incluso con grandes presupuesto y reparto, no consiguen destacar.

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Comentarios

Una respuesta a «Con la muerte en los talones»

  1. Avatar de Francisco Jiménez
    Francisco Jiménez

    Excelente crítica, me ha gustado mucho, especialmente lo de la adscripción a un determinado género. Copio y pego aquí mi comentario que publico en el post.
    Yo creo que no está valorada como merece, porque antes de ésta, ¿alguien recuerda alguna que se le pareciera o se pudiera comparar? Me refiero a algún otro thriller de acción + humor. He hecho esta pregunta bastantes veces, pero lo más que se han acercado como precedente es otra película de Hitchcock, ’39 escalones’, donde humor y thriller casaban bien. Pero fue ‘Con la muerte en los talones’ la película que en verdad inauguró este género nuevo. Antes prácticamente no existía. Agradecería que alguien me contradijera.

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