Dentro del laberinto (Labyrinth) es una película fantástica dirigida por Jim Henson en 1986, y está protagonizada por Jennifer Connelly y David Bowie. Es una de las películas más originales de la década de los ochenta, por lo mágico de su universo y por las extrañas criaturas que van apareciendo a lo largo de ella.
Sarah (Connelly) es una joven adolescente que, molesta por tener que quedarse al cuidado de su hermano pequeño, pide un deseo a Jareth (Bowie), que es un personaje de su libro favorito, para que se lo lleve al laberinto de donde es rey. Pero, para su sorpresa, el deseo se cumple, y el malvado Jareth le dice a Sarah que sólo dispone de unas horas para completar el laberinto y librar a su hermano de un destino como duende.
Con reflejos de Alicia en el país de las maravillas, y también de El mago de Oz, este argumento era perfecto para un creador mágico como Jim Henson. Sus marionetas, siempre presentes en el imaginario colectivo de varias generaciones, son las que pueblan mayormente el reparto de Dentro del laberinto, y las que se permiten licencias que no resultarían tan creíbles en pesronas, pero que son perfectas en cuentos como éste.
Este trabajo supuso uno de los primeros de una Jennifer Connelly adolescente, aunque con tablas delante de la cámara, y también fue una buena oportunidad para que Bowie, una vez más, diera rienda suelta a su excéntrica personalidad y camaleónica experiencia. Además, también compuso cinco temas para la banda sonora, tan ochentera como el look que tenía incluso sin estar caracterizado como Jareth.
Para colmo de talentos creativos, hay que añadir la presencia de George Lucas como productor y, por qué negarlo, también como apoyo creativo en un momento en el que su influencia y presencia en Hollywood se encontraban en lo más alto.
Pero todo esto no fue suficiente para que la película triunfara en la taquilla. Además de la dura competencia en el momento de su estreno, con títulos como Karate Kid 2, Top Gun o Todo en un día, la imagen de excentricidad que mostraba no ayudó a que el público se interesara, sobre todo el más joven que, a priori, sería el objetivo. Fue más tarde, con las ediciones en vídeo y las emisiones televisivas cuando la película comenzó a adquirir un estatus de culto, al igual que sucedía con la anterior película de Henson, Cristal oscuro.
Actualmente, Dentro del laberinto no sólo tiene ese carácter de culto, sino que también mantiene esa originalidad excéntrica y entretenimiento sencillo que, por su sinceridad, hace que permanezca intacto con el paso de los años.
8 comentarios
Otra de culto!
Una de mis favoritas y, por supuesto, no falta la genial banda sonora en el coche…
Al respectó te diré que su culto ha aumetado como bien dices. En su momento me costó dios y ayuda encontrar la BSO en CD. Sin embargo, hoy en día es bastante fácil puesto que su ranking y status ha subido considerablemente.
Genial Bowie, en la peli y en la música!
Pues sí, además, aunque su look sea tan ochentero, tiene esa magia que la mantiene fresca, y por eso sigue aumentando su legión de fans poco a poco.
Grande Bowie!
Estas películas tienen un componente de clásico que a veces las hace un tanto complicadas, tanto desde el punto de vista estético (nosotros a tu dúo de «Alicia» y «Mago de Oz», le añadiríamos «La historia interminable»).
Quizá algo alejada de lo que actualmente busca el público, pero totalmente de acuerdo en lo de culto… una gran película
Hemos Visto
http://hemosvisto.blogspot.com
Muy buen punto también lo de ‘La historia interminable’. Sí señor!
Buena crítica. La verdad es que con referentes como El Mago de Oz y Alicia en el País de las Maravillas era difícil que saliera mal. Lo que no era fácil era llegar a ser peli de culto….
Muchas gracias, Félix!
Recuerdo que la vi de pequeño y dejó una muy buena impresión en mí si gran imaginación, con tantas criaturas extrañas que incluso me daban un poco de miedo. Tengo ganas de darle un revisionado.
Saludos.
Muchas gracias, Neovallense! Ahora no nos damos cuenta, pero sí que es cierto que hay muchos bichos que pueden dar miedo a los peques.
Un abrazo.