Si hay un género cinematográfico genuinamente español, ése es el del cine quinqui. Aunque ya hayan pasado sus años de gloria y esplendor, en los que nos entreteníamos con persecuciones automovilísticas, música de Los Chichos, y un lenguaje bien popular, su huella, y la de sus personajes callejeros, sigue presente en nuestras memorias cinéfilas.

La verdad, es una pena que los que no hayan vivido en España durante un mínimo de tiempo no puedan entender gran parte de las cosas contadas en estas películas. Aunque muchas de sus historias sean tan universales como cualquier otra, hay algo impregnado que sólo nos parece verosímil a los que, incluso habiendo nacido en años posteriores, lo hayamos tenido terrenalmente cerca.

Aún así, muchos de estos títulos son tremendamente interesantes para cualquier cinéfilo curioso, o con motivaciones más del tipo sociológico, para entender a esa parte de la población más marginal que solía pulular por las ciudades españolas hasta hace sólo unos pocos años.

Para los no iniciados, hemos de explicar que la palabra quinqui se refiere a gente marginal, que sobrevivían a base de trapicheos y pequeños delitos, y cuyo origen etimológico se refiere a la quincalla, o chatarra con la que parte de ellos solía negociar para sacarse los cuartos. Obviamente, unos trapicheos llevan a otros y, al final, los protagonistas de nuestras películas solían estar relacionados con pequeños robos, atracos, drogas y demás.

El cine quinqui surgió más o menos en los años setenta, sobre todo cuando el fin de la dictadura y también el de la censura abrieron la puerta a temas más polémicos e imágenes más explícitas en todos los sentidos. Y aunque esporádicamente surge algún título que podría adscribirse a este género, se podría decir que ya mostraba su decadencia a principios de los noventa. Fue poco tiempo, y tampoco es que las producciones de cine quinqui se cuenten por centenas, pero está claro que hubo unos cuantos títulos que marcaron una época y dejaron claro que aquí no sólo se iba a vivir de comedias familiares o no tan familiares. Aunque bueno, las temáticas preferidas del cine patrio son un asunto para debatir en otro momento y de manera más larga y tendida.

Por lo tanto, y para seguir con la costumbre que tenemos por aquí, vamos a darle al tema: Diez películas de cine quinqui que tienes que ver:

1.- Perros callejeros

perros callejeros

2.- El pico

el pico

3.- Chocolate

chocolate

4.- Yo, el Vaquilla

yo el vaquilla

5.- La estanquera de Vallecas

la estanquera

6.- Deprisa, deprisa

deprisa deprisa

7.- El Lute

el lute

8.- Matar al Nani

matar al nani

9.- Navajeros

navajeros

10.- Colegas

colegas

Para los que sean aficionados al género, o esta lista les sepa a poco, hay que decir que algunas de ellas, las más exitosas, tuvieron sus secuelas. Perros callejeros, por ejemplo, tuvo dos secuelas directas y una tercera llamada Perras callejeras. El pico, por su parte, también tuvo una segunda parte, aunque no tan notable como la primera.

Pero, aparte de secuelas y sagas, hay otros títulos que también pueden tener un grado de interés para los que quieran profundizar. Maravillas o La patria de el rata, se dejan ver, y luego otras menores como Los violadores del amanecer, Todos me llaman Gato o Puta miseria. Éstas últimas un poco más flojas y prácticamente ya en el olvido.

2 comentarios

  1. No me dejas de sorprender con tus artículos y con este ya me has dejado flipado, que profundo te has puesto con el cine quinqui pero verdad no te falta. Yo no las he visto todas, lo reconozco, y de las que he visto me gusta mucho el Torete. Saludos compañero.

    1. pelicultista dice:

      El torete es un crack. Creo que fue la primera que vi, hace ya muchos años, y sigue siendo mi favorita.
      Gracias compa.

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