El salario del miedo (Le salaire de la peur) es una película francesa estrenada en 1953, dirigida por Henri-Georges Clouzot, y protagonizada por Yves Montand, Charles Vanel, Peter Van Eyck y Folco Lulli, principalmente.
Pero, más allá de estos simples datos, El salario del miedo es una de las películas más brillantes de su época, con una historia basada que trata sobre la desesperación y la lucha por la supervivencia de una manera que nos puede extrañar, por inusual en nuestro mundo habitual, y también sorprender, por lo bien que se desarrolla ante nuestros ojos.
En un pueblo perdido de Venezuela, hay un montón de hombres buscando un pequeño trabajo que les traiga el pan diario, pero esto es prácticamente una tarea imposible. Sólo una compañía, la Southern Oil Company, ofrece la única esperanza que les queda. Y no es otra que un arriesgadísimo trabajo en el que tienen que transportar unas cargas de nitroglicerina a lo largo de un viaje de 300 kilómetros a través de montañas y cordilleras hasta su destino. Un viaje que no muchos parecen dispuestos a hacer, sino fuera porque el salario merece mucho la pena, sobre todo para las condiciones que están sufriendo.
Son cuatro los elegidos, cuatro luchadores y buscavidas que, como si una metáfora de su vida fuera, recorren un tortuoso camino lleno de peligros, baches, curvas y dificultades con tal de conseguir un dinero que les permitirá dar un paso adelante.
Clouzot se centra en el desarrollo de los personajes, evitando cualquier atisbo de sentimentalismo, lo cual ayuda en la digestión de una película tan tensa y tan cruda. Pero ojo, que esto no quiere decir que sea dura de ver, sino emocionante y disfrutable. Estamos ante una de las primeras road movie, y ojalá que muchas consiguieran tocar al espectador de la misma manera, huyendo de melancolías y nostalgias y haciéndonos inclinar en las curvas como si ser espectador significara estar sentado en el asiento del copiloto.
Fue una de las películas más exitosas de sus años en Francia y también entre la crítica especializada en el resto del mundo. Y también hoy en día se sigue analizando y estudiando de manera muy positiva. El salario del miedo es una de esas películas que, por alguna extraña razón, envejece pero gusta más. Salió tan redonda que parece difícil de superar, y eso que a finales de los setenta, un tal William Friedkin lo intentó con el remake Carga maldita. Pero no pudo.
En conclusión, El salario del miedo es una de las películas que tienes que ver sí o sí. Aunque no seas un fanático del cine, aunque no quieras especializarte en tertulias y conversaciones culturetas. Simplemente, con que te guste el cine de acción, emocionante y bien hecho, podrás apreciar lo que es esta película.
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