El vengador tóxico es una película típicamente ochentera. En una década donde el alcance del cine aumentó exponencialmente con la llegada del vídeo doméstico y la proliferación de canales de televisión, el mercado creció y la variedad que se ofrecía en él también, permitiendo la producción de títulos como éste que, de otra manera y en otra época, jamás habrían nacido.
Considerada una película de culto por muchos, e ignorada por los más elitistas, El vengador tóxico fue vista por muchos jóvenes de la época y posteriores, debido a la simpatía que producen tanto su protagonista, como su escaso nivel de producción y la sencillez de sus tramas y personajes.
- Póster de la película
No se puede negar que El vengador tóxico es una película cutre en muchos aspectos. Empezando por la historia, en la que nuestro querido protagonista, Melvin, es un paquete lerdo que limpia en un gimnasio y sufre los acosos de los guaperas que pululan por allí. Pero, tras un pequeño accidente, se contamina con un producto tóxico y se convierte en una especie de monstruo forzudo que trabajará para que haya justicia en su ciudad. Vamos, el típico argumento facilón que parece apelar a la retomada moda de los superhéroes que había en esas fechas.
El tono de comedia no sólo alcanza el pretendido, sino que lo supera con creces. El estilo sobreactuado de los personajes, tan habitual en algunas cintas de videoclub ochenteras, no produce carcajadas por la calidad humorística, sino por todo lo contrario. Ni la pelea que se suponga más dramática carece de algún punto ridículamente exagerado.
Y es que todo en El vengador tóxico emana un aire a algo que está más que pasado de moda. La dirección y el montaje, así como la producción artística e incluso el uso de la música parecen algo tan postizo que plantea la duda de si fue algo deliberado o no. En cambio, los momentos tórridos, que los hay y también están pasados de moda, seguro que sí fueron pensados para un público con excedente de hormonas, aunque hoy no satisfarían a un niño de primera comunión.
Incluso el universo en el que se sitúa la acción era algo tan actual y tópico hace treinta años que apesta a viejuno. Esas bandas cutres que asaltan por la noche, esa ciudad sucia y dejada a la mano de la corrupción, y el básico mensaje ecologista-apocalíptico son unos recursos que, con la desaparición de los videoclubes y de las cintas de vídeo, sólo se pueden ver ya en algún ciclo especializado en serie b.
Pero esta cutrez es la que hace de El vengador tóxico una película entrañable. Hubo muchas parecidas, sí, pero la mayoría pasaron rápidamente al olvido. Ésta, no sólo no lo ha hecho, sino que incluso ha generado una serie de secuelas para disfrute de sus fans, que los hay en gran cantidad.
3 comentarios
Al final le estoy cogiendo cariño al vengador tóxico jejejeje
Es que es un tipo entrañable!
¡Qué película! Recuerdo que la vi de forma tardía a finales de los 90 en un ciclo de cine para valientes con mi hermano. Como bien dices, gracias a los videoclubs se podían hacer esas cosas. Todo un clásico del cine y una peli para pasar un buen rato. Buen análisis.