‘Esta casa es una ruina’ (The Money Pit) no es la típica película de culto. Lo sé. Al menos, no lo es en el sentido en el que concebimos normalmente las películas de culto. Pero, para muchos de los de mi generación sí lo es en cierto modo. Es una de esas películas que, en la sencillez de su planteamiento y puesta en escena, han quedado grabadas a fuego en nuestra memoria.
Es, como otras muchas, una película que vimos por primera vez en la estantería de alquiler de un videoclub ochentero y que, desde entonces, cada vez que la reponen en televisión, nos sigue enganchando.
¿Qué tiene ‘Esta casa es una ruina’ para gustarnos tanto?
Supongo que ésta es una pregunta que mucha gente se hace. Mucha gente a la que no le gusta y, también, muchos a los que nos encanta. Me imagino que la respuesta más rápida y sencilla es que es una película divertida. Otra de las razones que podemos argumentar rápidamente es que es un título sin más pretensiones que las de entretener al público. Y lo consigue.
Pero, ¿cuál es la clave para que ‘Esta es una ruina’ entretenga y haga reír a tanta gente? A mi modo de ver, que un conjunto de desgracias como el que la pareja encarnada por Tom Hanks y Shelley Long sufre y ante el que ninguno nos querríamos poner.
Para los que no conozcan la película, aclaro: ‘Esta casa es una ruina’ va de una joven pareja que se muda a la que parece que va a ser la casa de sus sueños y no es otra cosa que un auténtico desastre. Imaginaos que os cambiáis de piso y que, al llegar al nuevo, las tuberías revientan, las puertas se sueltan y las escaleras se caen.
Por eso, el éxito de esta sencilla comedia es saber llevar una situación universal, como una mudanza y una reforma del hogar a un extremo tan exagerado que, más allá de parecer verosímil, nos resulta histriónico.
El joven Tom Hanks y sus papeles cómicos
‘Esta casa es una ruina’ tuvo bastante éxito también en taquilla. No se puede decir que rompiera récords, pero sí que resultó un proyecto rentable, con ingresos que, solo en Estados Unidos, triplicaron su presupuesto. Y es que, en aquellos años, nuestro admirado Tom Hanks era todo un experto en este tipo de comedias.
Sí, aunque hoy ya resulte más extraño verle aparecer en películas poco serias, y su faceta humorística la deje más para apariciones en televisión o personales, el joven Tom Hanks era una estrella de la comedia.
De hecho, ‘Esta casa es una ruina’ fue su consolidación en la gran pantalla, tras un par de títulos muy míticos, como ‘Un, dos, tres… Splash’ y ‘Despedida de soltero‘. Siguió creciendo –nunca mejor dicho– con ‘Big’ y las más inocentes ‘Socios y sabuesos’ y ‘No matarás al vecino’.
Su despegue definitivo lo traerían los años noventa, en los que se convirtió en un actor completamente referente, gracias a sus papeles en ‘Philadelphia’ y ‘Forrest Gump‘. Si siguiéramos con su currículum, iríamos mejorando cada vez más, aunque alejándonos de estos registros cómicos.
Su compañera en la película, Shelley Long, era toda una estrella televisiva, gracias a su participación en ‘Cheers’, y esto también ayudó a la química entre ambos personajes. De todas maneras, ella no tuvo tanta fortuna como él en los años posteriores y, aunque no ha dejado de trabajar, la mayoría de sus papeles han sido menores o en títulos sin relevancia.
Queremos que vuelvan este tipo de películas de los ochenta
Muchos de los que crecimos en la década de los ochenta añoramos el cine de aquellos años. No solo hablamos de las comedias como ‘Esta casa es una ruina’, sino de títulos que nos llevaron a otros mundos y despertaron nuestra imaginación. Ojalá vuelvan este tipo de películas, aunque sea por la demanda continua que hacemos los de mi generación.
Mientras tanto, nos tendremos que conformar con algún intento como ‘Super 8’ o ‘Ready Player One‘, con algún homenaje como ‘Stranger Things‘ o, por qué no, recuperando estos títulos tan entrañables. Repasar las comedias de Tom Hanks de aquellos años es un buen comienzo para ello, pero hay muchas más. ¿Cuáles son vuestras películas ochenteras favoritas?
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