Forrest Gump es una película dirigida por Robert Zemeckis en 1994, y protagonizada por Tom Hanks, Robin Wright y Gary Sinise. Su guión se basa en la novela homónima escrita por Winston Groom en 1986.
Forrest Gump es un joven americano que, a pesar de tener desde pequeño un retraso mental y también físico, se irá convirtiendo en actor y espectador de los acontecimientos históricos más relevantes y significativos de la historia americana durante la segunda mitad del siglo XX.
Para ello, obviamente, hace falta una estructura y un ritmo en el guión y la dirección muy sólidos, cosa que no falta, y aunque la historia abarca muchos años y muchos aspectos de la sociedad americana contemporánea, en ningún momento sentimos una narración atropellada ni imprecisa. Al contrario, las más de dos horas de metraje se pasan volando, mientras nos van dando una de humor y otra de drama, haciendo que el personaje de Forrest Gump vaya creciendo con nosotros y, como les va sucediendo a los que lo conocen, también le vayamos cogiendo cariño.
Hace mucho por ello Tom Hanks, que tradicionalmente se había dedicado más a papeles cómicos y que, después del papel realizado en Philadelphia, se consagró aquí como uno de los grandes actores contemporáneos, capaz de abordar roles muy distintos entre sí. Y por ahí es por donde nos va enganchando, asumiendo un papel que desborda inocencia e ilusión y que, a la vez, hace disfrutar y sufrir como él mismo lo hace.
No hace falta decir que, con una historia tan fácil de agradar al gran público, que ve en esta película un reflejo del éxito de su país y de la consecución del sueño americano, si se hacían bien las cosas era obvio que se convertiría en todo un taquillazo. Y con todo el poder de Paramount, que no escatimó en presupuesto para la producción, añadido al talento del ya mencionado Hanks, junto a los otros actores de reparto, especialmente Sinise, y el toque narrativo de Zemeckis, Forrest Gump arrasó.
El presupuesto de 55 millones de dólares obtuvo un retorno doce veces superior, y la película se convirtió en gran protagonista en los premios más prestigiosos de ese año. Tres Globos de Oro, seis Oscars de trece nominaciones y multitud de galardones más hicieron que todo el mundo hablara de ella, incluso sin haberla visto, y también que el escritor Winston Groom escribiera una secuela no prevista de su novela, en la que cuenta las aventuras de Forrest Gump y su hijo.
Zemeckis no ha vuelto a conseguir un éxito tan grande de crítica ni comercial, pero Hanks vio aquí su consagración absoluta como actor y como talismán comercial, significando un impulso tan grande que se le considera uno de los actores más rentables de la historia del cine.
Hoy en día, más de dos décadas después, y con la perspectiva un poco más amplia, no se le pueden restar determinados méritos a Forrest Gump, sobre todo en el sentido más industrial. Pero también es justo decir que los aspectos sentimentales que toca influyeron enormemente en la euforia de todos esos éxitos en los premios más comerciales y que dejaron atrás a películas que a la larga han sido más influyentes, como Cadena Perpetua o Pulp Fiction. Repito, Forrest Gump es una gran película, que seguramente habría ganado en cualquiera de los años adyacentes a su estreno. Pero su victoria tan abultada en unos premios que siempre tienen influencia y, a la vez, crean controversia, puede que le haya restado aprecio y credibilidad.
De todas maneras, es una película más que recomendable para el que no la haya visto aún, y también puede ser una buena opción cuando se quiere disfrutar de una historia bonita y con la que se pasan buenos ratos.