Harold y Maude (Harold and Maude) es una de esas películas que le suenan a poca gente, que no suele aparecer en los listados de películas más famosas y que, además, no es de las más fáciles de encontrar o de ver hoy en día.
Cierto es que ya tiene sus años, es de 1971, y que ni su director, Hal Ashby, ni sus protagonistas, Ruth Gordon y Bud Cort son personajes de los más conocidos y renombrados del cine. Esto a pesar de que tanto el director como la actriz recibieron a finales de los sesenta un Oscar, a mejor montaje el primero por En el calor de la noche, y mejor actriz secundaria la segunda, por su excelente trabajo en La semilla del diablo.
El desconocimiento del público general por Ashby puede deberse a que falleció bastante joven, con sólo 59 años, en 1988 y, por lo tanto, su filmografía más destacada como director se sitúa en los años setenta. Gordon, por su parte, obtuvo sus mayores éxitos en los sesenta, y a pesar de comenzar su carrera en unos años muy fructíferos para el cine hollywodiense, compaginó la actuación con la escritura de guiones tanto para cine como para teatro, y recibió tres nominaciones a mejor guión original. Entre éstos, destaca enormemente el de La costilla de Adán. En el caso de Bud Cort, su filmografía se ha centrado, sobre todo en los últimos años, en apariciones televisivas, mientras que en los años ochenta y noventa trabajó sobre todo en películas de poco presupuesto y escasa repercusión comercial.
Pero, en lo que a Harold y Maude se refiere, tanto director como actores, que son al final los tres grandes responsables del producto concluyente, hicieron un trabajo estupendo. Y como ya hemos hablado de las posibles razones por las que sea una película poco conocida hoy en día, excepto para los más curiosos y para los que gustan de rebuscar buenas películas escondidas, ahora toca hablar de las cosas buenas por las que merece la pena verla.
La trama se centra en Harold (Cort), un joven que está obsesionado con todo lo relacionado con la muerte. Tanto es así que investiga y juega con modos de suicidarse, conduce una funeraria y suele acudir a entierros y funerales como modo de entretenimiento o de socialización. En uno de estos funerales es donde conoce a Maude (Gordon), una mujer septuagenaria con la que comparte algunas de ésas raras aficiones, pero que le atrae enormemente por su espíritu libre y despreocupado. La relación entre ambos crece y profundiza, y ambos van aprendiendo uno del otro, sobre todo Harold de Maude, sobre temas relacionados con la vida y, sobre todo, la muerte.
Sin ningún ánimo de desvelar el final de la película, hay que comprender que todo está desarrollado en un universo muy particular, donde el humor negro es el protagonista en un sentido muy sutil, y el concepto de la amistad y el amor se muestra de una manera muy poco convencional, de eso que algunos podrían llamar casi hasta enfermizo. Pero, en el fondo, está todo contado y presentado de una manera tan sincera y auténtica, muy de su época, que nos queda una sensación preciosa y agradable.
Esto, no sólo se debe, obviamente, al trabajo de los actores y del director, sino también a un excelente guión que perfila unos personajes muy originales y atractivos, cuyas maneras opuestas de ser y de sentir la vida crean una química pocas veces vista, y todo ello rodeado de una elegancia visual encantadora, y también de una música muy bien elegida, que hoy en día nos sitúa perfectamente en esa época tan de culto como fueron los últimos años sesenta y principios de los setenta.
Harold y Maude es sin duda un título de culto para los grandes aficionados al cine. Recoge muchas de esas notas que hacen de una película algo especial y, sobre todo, para los que la ven por primera vez, suele suponer una gratísima sorpresa.
Y, si decíamos al principio que Harold y Maude nunca aparecía en los listados de películas más famosas o exitosas, podemos asegurar que donde sí aparece es en los listados de títulos por descubrir, de películas de culto y de mejores comedias negras que se han realizado jamás. Así que, si no la has visto aún, apúntatela, porque no perderás el tiempo.
Un comentario
La vi hace añejos ,en los setenta concretamente, hasta el día de hoy la recuerdo con mucho cariño, me encantó y sorprendió enormemente la he buscado en vano, me encantaría volver a verla ,me tocó el corazón! ! Gracias