Si naciste en los 80 seguro que te suena esta película. Estrenada en 1996, Jóvenes y Brujas o The Craft en inglés (me encantan las traducciones de este país) causó verdadero impacto en toda una generación de chavales, sobre todo chicas adolescentes. Era la época del apogeo del grunge, pero al mismo tiempo también de grupos como los Backstreet Boys o Britney Spears. Sí, nos gustaban ambas cosas, aunque no pegaban ni con Loctite.
Los protagonistas no eran los típicos triunfadores de instituto americano.
Esta película también quiso contraponer dos puntos de vista diferenciados. Por un lado, los tópicos adolescentes estaban presentes, pero los protagonistas no eran los típicos triunfadores de instituto americano y además se abordaba un problema que años después se convertiría en una lacra social: el acoso escolar.
Por qué Jóvenes y Brujas reventó las taquillas de cine
El director, Andrew Fleming, y los responsables de Columbia Pictures debieron “aluciflipar” cuando la cinta en la que se habían gastado 15 millones de dólares recaudó 55 en taquilla. Pero no era de extrañar, ya que el elenco de actrices no pudo ser mejor escogido para aquel guion que clamaba justicia épica para las adolescentes marginadas de todos los institutos del mundo.
Cuatro chicas de colegio católico, freaks por diferentes motivos: Sarah es la nueva en la ciudad con un intento de suicidio y la muerte de su madre a sus espaldas. Bonnie sufre graves deformidades en la piel que la hacen muy retraída. Nancy es pobre y su padrastro es un maltratador. Y Rochelle es acosada simplemente por ser negra.
Las actrices de Jóvenes y Brujas
Es curioso que la actuación más potente de la película no fuera la de la protagonista principal Robin Tunney (hoy más conocida por su papel de Teresa Lisbon en El Mentalista) en la piel de Sarah Bailey, la chica nueva recién llegada a la ciudad. Fairuza Balk, en el papel de Nancy Downs, pasa por encima de ella.
Su agresividad, su pose, su maquillaje gótico y sus penetrantes ojos azules hacen que el personaje más oscuro de la película se convierta en el más atractivo. Aunque Fairuza ya había trabajado en cintas como Valmont o Cosas que hacer en Denver cuando estás muerto, fue esta obra la que realmente la catapultó y por la que posteriormente consiguió trabajar en producciones como American History X.
No hay que despreciar tampoco la actuación de Neve Campbell como Bonnie. No en vano, ese mismo año se coronaría como la reina del grito en la saga de películas de terror Scream.
A mi modo de ver, Robin Tunney no alcanza la calidad que requería la adolescente protagonista y bruja de más poder. Se me queda a medio gas, que vale que representaba la magia blanca, pero termina pareciendo algo ñoña. Hay que resaltar que hasta el momento sólo había participado en TV Movies y series cutres, y probablemente su actuación un poco penosa tenía que ver con la inexperiencia.
Por último, la afromericana Rachel True en el papel de Rochelle hace un papel correcto, pero también sin más.
Sin duda, entre las cosas que más sorprenden en la cinta está la aparición estelar de una joven Asumpta Serna en la piel de Lirio, la regente y bruja buena de una tienda de esoterismo a la que las chicas suelen acudir.
Los tópicos y la moraleja oculta en Jóvenes y Brujas
Cómo comentábamos al principio, la peli tiene sus topicazos adolescentes propios de la cultura americana, más que de la española. Véase chica enamorada traicionada y vilipendiada por el objeto de su pasión, lo que hace que el resto de la población estudiantil la acose. Sin embargo, la novedad es que, esta vez, las freaks se vengan y hacen que todo el alumnado se acojone y mucho (y no con armas).
Entenderéis entonces por qué este estreno movió hordas de críos al cine. ¿Quién no ha sido marginado alguna vez en el colegio o se ha sentido diferente? Con esta película los adolescentes podían soñar que ser freak molaba (de aquella no era nada guay salirse de la norma como ahora que está de moda).
Al final, la película tiene esa moralina subyacente que los americanos no pueden evitar.
Si pensamos desde la distancia en la película, al final tiene esa moralina subyacente que los americanos no pueden evitar. Está muy bien defenderte del acoso escolar, pero sin pasarse. Cuando a las chicas se les va de las manos el uso de la magia y se pasan un poquitín al lado oscuro, les pasan unas cosas malísimas.
No debemos olvidar que al final en EE.UU. educan a las masas de esta forma. Disney y las películas para adolescentes.
Conclusión
Sin embargo, y a pesar de todo, no podemos dejar de recomendar la cinta. No sólo para ti si no la has visto, sino para que recuerdes esas pintazas que nos gastábamos, para que escuches una buena BSO y para tus hijos adolescentes, si es que los tienes. Hay algo en esta peli como en muchas otras de la época que las actuales no pueden reproducir.
Será el encanto, la autenticidad o incluso la inocencia genuina de los noventa. Disfruta de Jóvenes y brujas y, sin echarnos un conjuro gótico, dinos en los comentarios qué te ha parecido.
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