La década de los cincuenta, como ya hemos comentado anteriormente, fue generosa para los géneros de ciencia ficción y serie B. Y uno de los directores que aprovechó esta tendencia, aunque no se le recuerde especialmente por ello, fue Don Siegel.
En plena Guerra Fría, era fácil que los argumentos de las películas trataran de invasiones extraterrestres, o grandes amenazas para la sociedad actual. Y, sin duda, una de ellas es La invasión de los ladrones de cuerpos, de 1956.
Basada en una novela de Jack Finney, La invasión de los ladrones de cuerpos narra las aventuras de Miles Benell (Kevin McCarthy), un médico que empieza a escuchar comentarios sobre gente que, a pesar de tener la misma apariencia y recuerdos que antes, no parecen los mismos y no muestran ningún sentimiento. Estos rumores comienzan a crecer y es entonces cuando el doctor descubre unas misteriosas vainas en las que crecen réplicas de personas a las que sustituyen una vez desarrolladas.
Los méritos de esta película, en cambio, no son acrecentar un sentimiento anticomunista, como muchos dijeron en su época. Ni siquiera Siegel aceptó estas interpretaciones cuando se lo sugirieron. Lo que sí es destacable de La invasión de los ladrones de cuerpos es la historia, bastante original en cuanto a invasiones extraterrestres se refiere, y la creciente tensión que va arrollando al espectador hasta el final de la película. Seguramente, muchos paranoicos se vieron influidos por esta trama, no respecto a alienígenas, sino en cuanto a comportamientos extraños en gente cercana.
Convertida en un clásico de la ciencia ficción y la serie B, actualmente ha alcanzado el estatus de película de culto, y han sido varias las versiones posteriores que se han realizado. Sin duda alguna, la más destacable es la que realizó Philip Kaufman en 1978, titulada La invasión de los ultracuerpos. Pero, aunque esta versión setentera pueda ser más conocida hoy en día, la original es la que conserva mejor el espíritu de la obra literaria y, sin duda, la que encaja mejor en su contexto histórico, fuera pretendido o no.
Como apunte curioso, Sam Peckinpah realiza un pequeño papel en esta película, en lo que eran sus comienzos en el mundo del cine.
Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.
Any cookies that may not be particularly necessary for the website to function and is used specifically to collect user personal data via analytics, ads, other embedded contents are termed as non-necessary cookies. It is mandatory to procure user consent prior to running these cookies on your website.
2 Comments
Muy buena película de ciencia ficción, un film que nunca cansa.
Muy buena, me la vi en Netflix un par de años atrás y ha envejecido muy bien.
Desde luego, a los efectos especiales se les nota el tiempo, pero el argumento y el gran manejo de tensión siguen intactos. Curiosamente después me vi la versión de los setenta de Kaufman, y aunque había escuchado muy buenos comentarios de ella, no se me hizo la gran cosa, me pareció que tenía mucho relleno, a diferencia de esta primera versión que todo lo cuenta, está en su justa medida.