Un día te despiertas y parece que se te ha ido la olla. O sea, que ni siquiera te acuerdas de por qué te has dormido. ¿Loco? No. Sólo una especie de amnesia de ésas muy raras que sólo afectan a un tipo de memoria muy reciente, aunque afortunadamente no se te olvida comer y respirar. Una jodienda, realmente. Eso sí, la probabilidad de que te suceda algo así es muy escasa.
Maldita probabilidad, la dichosa amnesia le tocó a Leonard (Guy Pearce), de manera tan exagerada que las cosas importantes se las ha tatuado, y las del día a día las va dejando en “postits” y haciendo fotos polaroid. Y esto es Memento.
Pero estas historias, reales o no, son geniales para hacer un guión poco convencional, llamativo y alternativo, de los que se puede sacar un gran partido si se tiene la suficiente creatividad. Afortunadamente, el guión lo escribió un tal Christopher Nolan, que ya apuntaba maneritas hace quince años, y del que hemos podido ver suficientes cosas en los últimos años.
Así, la historia nos va guiando a través de los intentos de Leonard de encontrar al hombre que asesinó a su mujer. Para ello, cuenta con la ayuda de Teddy (Joe Pantoliano), que le va guiando en la búsqueda del asesino, y también está Natalie (Carrie-Anne Moss), que se supone que es su amiga.
La trama es compleja, sobre todo cuando el principio de la película es el final de la historia y viceversa. Compleja porque no estamos habituados a un método de narración tan poco convencional, ni tampoco a un montaje tan complicado, en el que los flashbacks y los momentos actuales se van intercalando, con intenciones poco claras, o tal vez demasiado claras para el espectador.
Ahí está el truco, sí. Pero de eso se trata en esto del cine, al menos a veces. Pero las veces que se intenta, si funciona, mola. Y esto le pasa a Memento. Que va tan de frente que no lo ves venir.
Puede que al principio no fuera bien entendida, aunque sí reconocida por un gran pequeño público. Pero nadie puede dudar hoy en día que Memento ha conseguido cultivar una admiración única para gran parte del mundo cinéfilo. No podría decir realmente si ha influido o si ha habido imitaciones. Es tan única que, hasta para los plagiadores, es complicada de copiar.
Una gran película que si bien, seguro que no fue la primera en contar una historia de manera fragmentada y del futuro al pasado, marcó un estilo propio