Suponemos que hay películas condenadas por la Iglesia por motivos muy diversos. Las polémicas alrededor de algunas producciones pueden acabar incluso con algunas películas censuradas, pero lo más normal es que se hagan recomendaciones para no verlas según el género o la historia contada.
El sexo, la violencia o el tratamiento de determinados temas suelen ser las razones de que a la Iglesia no le gusten algunas películas. Es algo entendible, ya que desde esta institución se defienden unos valores y unas creencias que no siempre resultan compatibles con esos temas.
El choque entre arte y religión ha sido siempre origen de conflicto y, aunque actualmente la Iglesia no tiene el poder de prohibir o cercenar películas, hasta hace bien poco sí que tenía una fuerte influencia para hacerlo en muchos países.
Por todo esto, nombrar cada una las películas condenadas por la Iglesia a lo largo de la historia del cine sería una labor prácticamente inabarcable. Ha habido muchas obras que eran, simplemente, provocadoras y que atacaban a las creencias religiosas.
Pero también hay casos que han sido muy famosos y, además, sobre películas que hoy se pueden considerar de culto. Así que aquí vamos a recordar algunas películas condenadas por la Iglesia por motivos religiosos pero que hoy siguen vigentes por su visión y por su calidad artística.
Y Dios creó a la mujer (Et Dieu… créa la femme. Roger Vadim, 1956)
La más antigua de las películas condenadas de esta lista es también una película de culto para muchos cinéfilos porque supuso el despegue de Brigitte Bardot en términos de popularidad y como mito erótico.
Hoy en día, puede parecer una película completamente inocente. Todos hemos visto películas mucho más atrevidas y explícitas que ésta, incluso a edades tempranas. Pero en los años 50 era inadmisible que una película tuviera como protagonista a un personaje tan promiscuo como el encarnado por Brigitte Bardot.
No vamos a hablar del caso de España, en donde no se estrenó hasta 1971, sino de la misma Francia, donde solo tuvo éxito en taquilla cuando la repercusión internacional le dio más fama y superó esas voces que la acallaban por su enfoque de la mujer. Y es que, en algunos países como Estados Unidos, las voces más conservadoras no solo la tildaban de película no recomendable, sino que hasta la etiquetaron como película satánica.
Viridiana (Luis Buñuel, 1961)
La historia de Viridiana con la censura franquista resultó un poco curiosa. La película ganó el Festival de Cannes sin siquiera haber sido vista por los responsables censores españoles y, después del premio, parecía que iba a salir indemne. Pero no fue así.
Justo un día después de ganar la Palma de Oro, L’Osservatore romano, periódico del Vaticano, publicó un editorial bastante agresivo contra Viridiana, considerándola una película blasfema. Esto hizo levantar las alarmas en España y que un Franco enfurecido pidiera verla y, después, ordenara quemar todas las copias de la película.
Por fortuna, no fue así y, aunque en España no se pudo ver hasta bien enterrado el dictador, hoy en día su visionado es libre y está considerada como una de las mejores películas del director aragonés. Sin duda, la mejor de las películas condenadas y producidas en España.
El evangelio según San Mateo (Il Vangelo secondo Matteo. Pier Paolo Pasolini, 1964)
La relación de Pasolini con la Iglesia siempre fue extraña. Similar, en algún modo, a como lo ha sido El evangelio según San Mateo, una de las películas más relevantes y recordadas del director. Ateo, marxista y homosexual declarado, Pasolini no era precisamente el personaje público con la relación más fluida con la Iglesia. De hecho, unos meses antes había sido detenido al considerarse que su película Rogopag (Ro.Go.Pa.G., 1962) era blasfema.
En lo que se refiere a esta obra, la visión de Pasolini sobre los textos de Mateo sorprendieron a prácticamente todo el mundo. A la Iglesia, porque no se alejaban demasiado de la narración escrita. A los sectores izquierdistas, porque no se mostraba lo suficientemente crítico con la Iglesia. Sea como fuere, y tratándose de una obra con tanta repercusión, desde el Vaticano se pronunciaron afirmando que El Evangelio según San Mateo no reflejaba fielmente el espíritu del Evangelio escrito.
Cabe reconocer que, en 2014, cuando se cumplían 50 años desde el estreno de la película, el mismo L’Osservatore romano publicó un editorial alabándola y declarándola, desde su punto de vista, como la mejor película sobre Jesús en la historia del cine.
Los demonios (The Devils. Ken Russell, 1971)
Ken Russell fue uno de los directores más transgresores de la segunda mitad del siglo pasado. Cosas que hoy parecen normales en el cine y en la televisión, como la desnudez masculina, no lo eran tanto antes de su Mujeres enamoradas (Women in Love, 1969), y su Danza de los siete velos (Dance of the Seven Veils, 1970) levantó tal polémica que llegó al Parlamento británico y su exhibición pública sigue prohibida por dibujar a Richard Strauss como nazi.
Pero Los demonios es otra cosa. Puede que sea su película más brillante, con unas magníficas interpretaciones de Oliver Reed y Vanessa Redgrave, pero también es la más complicada por la manera en que trata un caso real de posesión diabólica en la Francia del siglo XVII.
Aunque la película fue aclamada en festivales y por la crítica, sus estrenos en distintos países fueron recortándole material, sobre todo de las escenas de sexo y torturas, en las que los exorcismos y el comportamiento lascivo de las monjas superaba todo lo admisible por el público de la época.
Actualmente, son cinco las versiones de la película que circulan en distintos formatos, pero ninguna de ellas incluye todo el metraje, que se calcula que superaría las dos horas y media.
El exorcista (The Exorcist. William Friedkin, 1973)
Poco se puede decir ya que no se haya contado anteriormente sobre El exorcista. Son miles las páginas y blogs que han hablado de la calidad cinematográfica de esta película y también de lo que supuso para el cine de terror, ya que algunas de sus escenas siguen vigentes en el imaginario y las pesadillas colectivas.
Es una de las películas más famosas de la historia del cine y, como decimos, no lo es solo por haber sido una de esas películas condenadas en su momento, aunque esto también ayudó. Y es que, además de tratar un tema tan delicado para la Iglesia como son los exorcismos, hubo momentos de la película que escandalizaron a diestro y siniestro.
De hecho, la productora tuvo que ponerle escolta a Linda Blair debido a las amenazas de algunos grupos fanáticos que consideraban que la película propagaba mensajes satánicos.
Aquí puedes leer la reseña de El exorcista.
La vida de Brian (Monty Python’s Life of Brian. Terry Jones, 1979)
La vida de Brian es una de las películas favoritas de este blog. Considerada como una de las mejores comedias jamás filmadas, con un humor que rebosa creatividad e inteligencia, se puede decir que es la obra cumbre, al menos en la pantalla grande, de Monty Python.
Pero, como toda gran obra que se precie, arriesgó y provocó, en este caso porque su personaje principal, Brian, tenía una vida muy desgraciada que corría paralela a la del Jesús de los Evangelios. Esto hizo que muchos católicos la consideraran una película blasfema, protestando y manifestándose en contra de su distribución y proyección en los cines. John Cleese llegó a bromear diciendo que era la primera vez que se juntaban tantos fieles en los últimos dos milenios.
La vida de Brian estuvo a punto de llamarse Brian de Nazareth, aunque la previsión de que esto ocasionaría aún más polémica les hizo desistir. Incluso con su título definitivo, su estreno se vio postergado durante varios años en distintos países. En Irlanda, por ejemplo, no se estrenó hasta 1988, y en Italia no lo hizo hasta 1991.
También puedes leer aquí nuestra reseña de La vida de Brian.
La última tentación de Cristo (Last Temptation of Christ. Martin Scorsese, 1988)
La imagen general de Martin Scorsese puede que sea la de un director de películas de mafia, con italoamericanos pegándose tiros y con actores muy identificados con esos géneros, como Robert DeNiro y Harvey Keitel. Pero, a finales de los ochenta, Scorsese se sacó de la manga una de sus mejores películas, muy distinta a esas historias neoyorquinas y, a la vez, muy polémica por el tema que trataba.
Protagonizada por Willem Dafoe, La última tentación de Cristo es la adaptación cinematográfica de la novela homónima de Nikos Kazantzakis, un escritor griego que quiso plasmar una historia de un Jesús más humano a partir del momento de la crucifixión, tentaciones y amores incluidos.
Como es de suponer, y aunque Scorsese siempre tratara de explicar que lo hacía desde el respeto y la ficción, lo contado en la película fue demasiado para determinados sectores conservadores. Durante su estreno en París se incendiaron algunas salas de cine, con un muerto y varios heridos, y la película estuvo sin poder exhibirse durante varios años en países como Filipinas, Singapur, Grecia, Turquía, México, Chile o Argentina.
Dogma (Kevin Smith, 1999)
Las primeras películas de Kevin Smith tienen un prestigio bien merecido, sobre todo entre determinada audiencia, por la originalidad de su estilo y por su sentido del humor. Aunque sus títulos más míticos puedan parecer muy noventeros actualmente, cosa que para muchos como nosotros es una connotación positiva, siguen siendo representativos de su cine y recomendables para los que tengan interés por ver un tipo de cine no tan convencional pero sí inteligente.
Pero, sinceramente, alguien que había visto Clerks, Mallrats y Persiguiendo a Amy no podía imaginarse que su cuarto largometraje fuera una de las películas condenadas por la Iglesia, sobre todo en Estados Unidos. Y es que Dogma cuenta la historia de dos ángeles que son expulsados del cielo e intentan destruir el mundo, todo con mucho sentido del humor.
La película resultaba muy atractiva por suponer el siguiente proyecto de Kevin Smith tras sus éxitos anteriores, y también porque cuenta con un reparto envidiable, lleno de estrellas como Matt Damon, Ben Affleck, Linda Fiorentino, Salma Hayek, Jason Lee, Alan Rickman, etc. Y, como anécdota realmente divertida, recordar que el propio director, Kevin Smith, fue pillado acudiendo a una de las manifestaciones en las que se protestaba por su exhibición.
El crimen del Padre Amaro (Carlos Carrera, 2002)
Puede que hoy muchos no la tengan tan presente, al menos en Europa, pero la repercusión que tuvo El crimen del Padre Amaro en los momentos de su estreno en México –país de origen de la película– y en Estados Unidos fue enorme. Los sectores más conservadores de la Iglesia pidieron su prohibición e incluso el gobierno de México, presidido entonces por Vicente Fox, tuvo que realizar algún pase privado a determinadas autoridades religiosas.
Pero, la verdad, lo que aquí se cuenta no deja de ser una adaptación más contemporánea de una novela realista portuguesa del siglo XIX, escrita por Eça de Queirós en 1875. La película narra la historia de un cura que deja embarazada a una joven con la que mantiene relaciones. El resto, no lo desvelamos para no destripar el final a los que no la han visto.
Tantas protestas de diversas asociaciones, denuncias al gobierno incluidas, y tantos intentos de boicot por parte de muchos grupos de espectadores y fanáticos, solo conllevaron una publicidad exagerada para un título que no pasa de película dentro de la media. Al final, se convirtió en la película mexicana más taquillera en su momento, y los beneficios económicos para sus productores fueron realmente millonarios.
El código Da Vinci (The Da Vinci Code. Ron Howard, 2006)
Podríamos decir que, la película por sí misma, no tuvo realmente mérito en esto de no contentar a la Iglesia. Pero sin duda se puede incluir entre las películas condenadas por la Iglesia más relevantes de los últimos años por plasmar en imágenes, y en términos de gran producción, todo aquello que tanto se había criticado desde las voces católicas cuando el libro homónimo reventó las listas de ventas un par de años antes.
Obviamente, la novela cuenta una historia morbosa en la que la Iglesia no sale muy bien retratada en términos generales y, muy mal retratada en lo que se refiere a algunos personajes ficticios e instituciones no ficticias.
Esto puede que, como sucedió con alguna que otra de las películas condenadas de esta lista, ayudara en la difusión, interés y éxito comercial de El código Da Vinci, similar al efecto Barbra Streisand que tan a menudo sucede en los medios digitales.
Además de no recomendar su visionado una vez distribuida la película, también hubo varios problemas por parte de algunos eclesiásticos durante la grabación, impidiendo el rodaje en algunos interiores como en la Abadía de Westminster por su escasa credibilidad en términos teológicos. Pero bueno, esto es ficción, ¿no?
Otras películas condenadas por la Iglesia
Las películas condenadas por la Iglesia probablemente sean cada vez menos y provoquen menos problemas. Esto se debe a un aperturismo acorde con el paso de los años y a que, todo sea dicho, ya estamos curados de espanto. Pero el hecho de que sea más difícil provocar o polemizar contra la Iglesia católica no quiere decir que solo se puedan tener en cuenta estas diez películas condenadas.
Entre las que también motivaron problemas o protestas en el momento de su estreno podemos encontrar algunas como Jesús de Montreal (Jésus de Montréal. Denys Arcand, 1989), El exorcismo de Emily Rose (The Exorcism of Emily Rose. Scott Derrickson, 2005), Stigmata (Rupert Wainwright, 1999) o, en otros términos, menos relevantes por su escasa distribución, pero igualmente arriesgada en su propuesta, The Man From Earth (Richard Schenkman, 2007).
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