Las películas de amor son siempre un éxito. En el cine, en la tele, en el ordenador… todos hemos visto muchas películas de amor, y no solo en pareja, sino en solitario, con la única compañía de una tarrina grande de helado de nombre escandinavo.
Por eso, a la hora de proponer las películas de amor más recomendables, más originales o más extrañas, no queremos indicarlas para ver en pareja, tras una cena con velas o como parte de una velada romántica. Porque las películas de amor, aunque traten de eso, no siempre se ven por capricho de Cupido, sino que encajan en multitud de momentos, incluso algunos más tristes y solitarios.
Hay veces que apetece ver una película romántica en la sobremesa y, si es lo suficientemente interesante, podrá hasta interrumpir la siesta más apetecible. Y es que hay películas de amor de todos los estilos y para todos los gustos. Aquí ya hemos hablado de las películas para ver en San Valentín, pero, si lo pensamos bien, no tenemos por qué restringirnos a una fecha concreta para ver una película de amor.
Estas películas son perfectas para cualquier ocasión y en cualquier compañía. Dicho esto, os vamos a recomendar las mejores películas de amor para una noche cinéfila que también puede ser una tarde, una mañana o una madrugada. Qué narices, póntelas cuando más te apetezca o póntelas ahora mismo, pero disfrútalas.
Más allá de las películas de amor típicas
Aunque muchas veces caigamos en lo más típico, el objeto de este blog también es ayudar a descubrir películas que no son tan conocidas o que, directamente, han pasado tan desapercibidas que solo lo más cinéfilos han escuchado rumores de su existencia. Al igual que nosotros disfrutamos encontrando joyas ocultas, nos gusta compartir estas experiencias cinéfilas.
Por este motivo, si crees que en nuestra lista de películas de amor vas a encontrar Pretty Woman, Love Actually o El diario de Noa, estás equivocado. Vamos a intentar que las películas románticas que formen este texto vayan un paso más allá de lo obvio y nos vamos a centrar, sobre todo, en películas que han resistido al paso de los años. Si eres de los que gozan con las mejores historias y no te importa que sean antiguas, sin actores conocidos o que hayan pasado desapercibidas por algún motivo, aquí te dejamos diez películas de amor perfectas para una noche de cine… y lo que surja.
Si no amaneciera (Hold Back the Dawn. Mitchell Leisen, 1941)
Probablemente nadie en los años cuarenta se habría imaginado que esta película podría mantener la vigencia temática de una manera tan plena ocho décadas después. De hecho, salvando determinados aspectos estéticos y técnicos, muchos de los asuntos tratados aquí resultan tan actuales que asusta. Y es que esta Si no amaneciera presenta ese problema tan de ahora de los matrimonios de conveniencia o, visto de otro modo, la necesidad de simular amor por motivos legales.
A muchos tal vez les recuerde a la entrañable Matrimonio de conveniencia (Green Card. Peter Weir, 1990), protagonizada por Gerard Depardieu y Andie McDowell. Aquí, medio siglo antes que ésa, encontramos a Charles Boyer y Olivia de Havilland llevando a cabo un guion escrito por Billy Wilder. De hecho, el guion, en el que también participó Charles Brackett, es una pieza imprescindible para que ésta sea una de esas películas de amor magistrales que no muchos recuerdan hoy en día pero que se disfrutan como no sucede muy a menudo.
Los niños del paraíso (Les enfants du paradis. Marcel Carné. 1945)
Seguimos nuestra lista de películas de amor para una noche cinéfila con un drama romántico francés de los años cuarenta. Aquí, se nos cuenta la historia de una mujer que es cortejada por varios personajes, entre ellos dos artistas, un noble y un refinado criminal. Los niños del paraíso puede ser el epítome de un tipo de cine que no resulta atractivo a todos aquello acostumbrados a la acción, los efectos y las palomitas. Bueno, éstas últimas son compatibles con cualquier película si están bien hechas, pero eso es otra historia.
Actores poco conocidos, director poco recordado y una duración superior a las tres horas hacen que muchos se echen para atrás al visionarla. Pero estos factores no son más que positivos por la sorpresa tan maravillosa que se aviene una vez que nos quedamos hipnotizados ante la maravilla de sus diálogos y actuaciones. Como curiosidad, decir que fue rodada durante la ocupación alemana en Francia y que, debido a la censura nazi, se dividió en dos partes, ya que estaba prohibido producir películas de más de 90 minutos de duración.
Jennie (Portrait of Jennie. William Dieterle, 1948)
Jennifer Jones y Joseph Cotten protagonizan una de esas películas de amor llenas de magia y encanto. de las que no caducan y de las que fascinan. Es una historia de amor de las que todos querríamos haber escrito o dirigido. Es, probablemente, una de las películas románticas más bonitas y originales jamás filmadas y, probablemente, inspiración de otras muchas películas de amor de las décadas siguientes.
Por la peculiaridad de la trama, su productor, David O. Selznick, estuvo a punto de llevar a cabo una especie de experimento que, décadas después, sí llevaría a cabo Richard Linklater con Boyhood (2014). Esto, que no deja de ser una curiosidad, da una ligera idea del potencial que ofrecía esta historia que, tal vez, podría estar demasiado adelantada a su tiempo. Sea como fuere, Dieterle supo sacarle un partido más que suficiente como para que a día de hoy podamos decir que Jennie es una de esas películas de amor perfectas para cinéfilos curiosos y amantes de las ideas más originales.
Gertrud (Carl Theodor Dreyer, 1964)
Para los estudiosos de la historia del cine, Dreyer fue uno de los directores más importantes e influyentes. Desde sus primeras obras allá en los tiempos del cine mudo hasta las realizadas a mediados del siglo pasado, algunas de sus propuestas significaron un antes y un después. Y, aunque hoy en día no sea de los directores más recordados por el público general, es de justicia decir que su última película es una de las mejores películas de amor que se pueden proponer para esos cinéfilos entusiastas.
Gertrud cuenta la historia de una mujer que, con una edad que ya se puede considerar madura, sigue buscando un amor muy ideal, tal vez imposible de encontrar, y eso le hace llevarse varios batacazos sentimentales. Pero, en realidad, esta película hace un repaso a lo que es la situación de la mujer según las convenciones sociales de hace unas cuantas décadas, por las que ellas siempre tienen que anteponer los deseos de los hombres para que las relaciones, o los matrimonios, funcionen. Bonita, deliciosa en términos cinematográficos, con unos diálogos sobresalientes y una propuesta llamativa para su época, hay que saber paladearla, pero una vez conseguido se disfruta más.
Un hombre y una mujer (Un homme et une femme. Claude Lelouch, 1966)
Ganadora del Oscar a Mejor película de habla no inglesa y al Mejor guion original, ésta es una de esas películas de amor que se ha convertido en toda una película de culto. Lo malo, de nuevo, que no es un título muy accesible hoy en día y eso ha hecho que gran parte del público general, sobre todo de las generaciones más jóvenes, se la hayan perdido.
Claude Lelouch se convirtió en uno de los cineastas de referencia después del tremendo éxito comercial de esta película, considerada como uno de los filmes románticos más logrados de los sesenta, gracias a un estilo lleno de elegancia y completamente alejado de cualquier tono sentimental y empalagoso. Se sigue recordando que su victoria en el Festival de Cannes provocó un gran abucheo, pero también se reconoce que, más de medio siglo después, se ha convertido en una de las películas de amor más influyentes de la historia del cine.
Mi noche con Maud (Ma nuit chez Maud. Éric Rohmer, 1969)
Aunque la nouvelle vague no sea el movimiento cinematográfico favorito de mucha gente, hay que reconocer que algunas de sus películas merecen, cuanto menos, un visionado de curiosidad. En el caso de Mi noche con Maud, la apuesta se enfoca hacia un análisis de cómo se buscan y se eligen las opciones amorosas más importantes de la vida.
No podemos recomendarla como una de esas películas de amor pastelosas y entrañables, fáciles de ver y más fáciles todavía de olvidar. Al contrario, Mi noche con Maud puede suponer un bonito debate y unas bonitas reflexiones filosóficas sobre la vida, la religión y el amor. Pero esto también puede ser romántico, ¿no?
La hija de Ryan (Ryan’s Daughter. David Lean, 1970)
Las películas de amor pueden resultar incómodas de ver por muchos motivos, sobre todo cuando se realizan con un toque más dramático y menos cómico. Porque las situaciones difíciles, con humor, se llevan un poco mejor. Pero las que son duras y parecen muy reales nos dan miedo. Un miedo romántico, atractivo, pero doloroso.
Mucha gente considera esta película como la última de las películas típicamente clásicas. Lo que sí está claro es que, hoy en día, a pesar de su larguísima duración de más de tres horas, resulta maravillosa en términos visuales y narrativos. Para verla con calma y paciencia, no como hicieron esos furibundos críticos que la destrozaron (al igual que la destrozó la taquilla) y provocaron un retiro muy prolongado de David Lean, uno de los mejores directores de la historia del cine.
Todos nos llamamos Alí (Angst essen Seele auf. Rainer Werner Fassbinder, 1974)
Son bastantes las películas de amor que, con el paso de los años, se convierten en películas de culto, y éstas entran siempre entre nuestras favoritas. El título en España es de esos que no hacen justicia a la traducción literal del alemán, que sería algo así como “El miedo se come el alma”. Pero, por suerte, esto no impide disfrutar de una película muy de su autor, pero igualmente muy pero que muy interesante, sobre todo en los años que corren actualmente.
Fassbinder nos cuenta la historia de un joven marroquí que se enamora y comienza una relación con una mujer viuda alemana que, por edad, podría ser su madre. Esto, como es de suponer para aquellos años setenta, supone un gran escándalo, al que se han de enfrentar los protagonistas para defender su amor en contra del racismo que se observa alrededor de ellos. Es una de las películas más logradas de Fassbinder, aunque también cabe recordar que es una adaptación de una película rodada por Douglas Sirk en 1955, con el título de Solo el cielo lo sabe (All That Heaven Allows).
El mapa del sentimiento humano (Map of the Human Heart. Vincent Ward, 1993)
Si estabas leyendo esta lista esperando descubrir alguna joya oculta, ésta es la que más papeletas tiene para ello. No es una película conocida y es una película bastante buena. Con esto, hoy por hoy, nos deberíamos conformar. Pero tal vez es que solo los que rebuscamos entre las estanterías polvorientas de listados y blogs encontramos disfrute en producciones de este tipo.
Resulta curioso pensar que sus protagonistas, Jason Scott Lee y Anne Parillaud, hayan sido más conocidos por otros papeles en películas de acción, mientras que aquí, con una muestra excepcional de su talento interpretativo, nos llevan de la mano en una de las películas de amor más sorprendentes para el público general e incluso para algunos cinéfilos más avanzados.
Fucking Amal (Fucking Åmål. Lukas Moodysson, 1998)
Finalizamos nuestra lista de películas de amor perfectas para un momento cinéfilo con otra de las que actualmente se consideran una película de culto. Y es que, en su momento, hace ya más de dos décadas, dio bastante que hablar. El tema, el descubrimiento del amor adolescente en un pequeño pueblo sueco de los noventa. La repercusión, por el enfoque distinto y cariñoso, en lugar de ácido y crítico que muchas veces se les da a estos sentimientos juveniles que se asocian exclusiva y erróneamente, al sexo.
Aunque hoy en día puede parecer un tema mucho más manido, la homosexualidad adolescente, o el descubrimiento incipiente de la sexualidad, femenina en este caso, hizo que a esta película se acercara mucha gente y que, para sorpresa de propios y extraños, se destapara como un imán para aquellos que desean ver películas hechas desde el respeto y el cariño. Imprescindible entre las películas de adolescentes, e imprescindible para adultos también.
Otras películas de amor que podrían haber estado en esta lista…
Aunque teníamos la frontera colocada en películas de amor que no estuvieran demasiado sobadas y que se alejaran un poco de las que salen en todas las listas, no quiere decir que tuviéramos problemas para encontrar candidatas. Al contrario, los problemas han sido, como sucede muchas veces, en descartar películas románticas y de culto que también podrían servir para una noche cinéfila.
Si, por casualidad, ya habéis visto todas las que aquí recomendamos, queremos añadir como bonus otros tres títulos: La noche (La notte. Michelangelo Antonioni, 1961), Zona profunda (Deep End. Jerzy Skolimowski, 1970) y Ruby Sparks (Jonathan Dayton, Valerie Faris, 2012).
Y vosotros, ¿qué otras películas de amor recomendaríais para una noche cinéfila?