Cary Grant fue uno de los mejores actores del Hollywood del siglo XX. Con una carrera bastante larga, que comenzó allá por los años 30, con papeles no demasiado agradecidos, y finalizó a mediados de los 60, hay mucho donde elegir entre las películas de Cary Grant.
En total, más de 70 títulos de los que, podríamos decir, casi todo el mundo aficionado al cine ha visto más de una y de dos. Al igual que sucede con otros actores de su generación, como James Stewart o Gregory Peck, es difícil encontrar a alguien que no haya visto nunca una de las películas de Cary Grant.
Pero, si así fuera el caso, o si alguien quisiera ampliar un poco más sus conocimientos sobre la carrera de este actor, aquí vamos a echar una mano. Ha sido un trabajo de selección muy complicado. Tal vez de los más difíciles por nuestro empeño en dejar la lista en solo diez títulos. Pero aceptando el reto y el debate posterior, aquí proponemos las que pensamos que son las películas de Cary Grant más imprescindibles de todas.
La fiera de mi niña (Bringing Up Baby. Howard Hawks, 1938)
A pesar de su edad, tampoco es que ésta fuera de las primeras películas de Cary Grant, que ya había hecho muchos títulos de rodaje rápido desde los primeros años 30. Pero, sin duda, es la que le consolida como auténtica estrella de la gran pantalla. Aquí, demuestra su enorme talento para la comedia, y lo hace en compañía de otra de las grandes figuras del cine de Hollywood, Katharine Hepburn, demostrando una gran química en sus confrontaciones dialécticas e interpretativas.
La fiera de mi niña se puede considerar hoy uno de los mejores ejemplos de aquellas comedias sofisticadas que tanto triunfaron antaño y, por supuesto, todo un clásico de la historia del cine. Un tratado de cómo ir de lo cotidiano a lo infrecuente de un modo natural y divertido. Tanto es así que la podríamos incluso catalogar como un título imprescindible y, sin ninguna duda, como una de las mejores películas de Cary Grant.
Luna nueva (His Girl Friday. Howard Hawks, 1940)
Howard Hawks estaba en racha y le cogió cariño a Cary Grant. Aquí, lo puso en compañía de Rosalind Russell, para conseguir, de nuevo, una película muy divertida y entretenida en la que los acontecimientos se van sucediendo y amontonando de un modo tan extravagante como efectivo.
A Luna nueva le hizo un remake Billy Wilder en 1974, titulado Primera plana (The Front Page), que realmente es muy interesante y, para muchos, incluso superior. Aunque no hay por qué quedarse con una, la verdad. De hecho, aquí preferimos disfrutar de las tres, porque también ésta es remake de Un gran reportaje (The Front Page. Lewis Milestone, 1931). ¿Tardarán mucho en hacer otra versión?
Historias de Filadelfia (The Philadelphia Story. George Cukor, 1940)
A pesar de que el reconocimiento en forma de Oscar se lo llevó James Stewart, creo que todos estamos de acuerdo en que, sin Cary Grant, esta película habría perdido mucho. La verdad, es difícil encontrar un título de los años 40 con un trío protagonista tan potente como éste, que juntó a esos dos titanes de la interpretación con Katherine Hepburn. Y de propina, la dirección de Cukor que vuelve a regalarnos una comedia elegante, fluida y muy ingeniosa.
El ingenio también se lo reconocieron en los Oscar, con el premio a Mejor guion adaptado. Su virtud principal, que tiene un humor inteligente, de los que permanecen en el tiempo. Y no hay mejor muestra que echarle un vistazo a la película hoy en día, tantas décadas después, y comprobar que sigue siendo una gran comedia clásica.
Cabe recordar que, años más tarde, se hizo un remake titulado Alta sociedad (High Society. Charles Walters, 1956), protagonizado por Bing Crosby, Grace Kelly y Frank Sinatra.
Sospecha (Suspicion. Alfred Hitchcock, 1941)
Estamos ante la primera de las películas de Cary Grant dirigidas por Alfred Hitchcock y no podíamos saltárnosla en esta lista. También es la primera que no se encuadra dentro del género de la comedia, sino que es un interesantísimo thriller romántico en el que Grant comparte escena con Joan Fontaine.
La Fontaine, qué magnífica actriz, que se llevó el Oscar en esta película y que nos hizo a todos sentir mucha angustia e intriga. Bueno, también él tiene su parte del mérito, al igual que el orondo director. Y, si no, que se lo digan a esa tremenda escena en la que él va subiendo por las escaleras y que resulta eterna. ¿Cuánto duraba? No tanto, seguramente, pero ahí la tenemos, grabada en la memoria.
Arsénico por compasión (Arsenic and Old Lace. Frank Capra, 1944)
Retomamos el género de la comedia, aunque aquí con un humor más negro, que perfectamente encajaría en una lista de películas clásicas de Halloween. Genial el guion y genial la dirección de Capra para llevarnos desde lo que apuntaba a una comedia romántica hasta una película en la que más de uno termina siendo lo que no parece.
En su momento, tuvo alguna crítica negativa, acusándola sobre todo de precipitada y descuidada. Muchos lo achacaron a las prisas de Capra por marcharse al frente a rodar, pero el paso del tiempo ha demostrado que la edad le hace tener todavía más encanto y que nadie podría resistirse a incluirla en la lista de mejores películas de Cary Grant.
Encadenados (Notorius. Alfred Hitchcock, 1946)
Cary Grant vuelve a ponerse en manos de Hitchcock y retorna al género del thriller, ambientado aquí en el final de la Segunda Guerra Mundial y con espías y nazis de por medio. Todo esto puede quedar en segundo plano, porque la compañera de aventuras de nuestro querido actor es en esta ocasión una Ingrid Bergman inconmensurable.
Encadenados, para los que no la conozcan o no la hayan visto, es una de las mejores películas del género del espionaje jamás filmadas. La clase que muestra Hitchcock aquí no solo fue refrendada en taquilla en su momento, sino que también la crítica cedió y el tiempo no ha hecho más que justificar los buenos resultados que tuvo en ambos términos cuando se estrenó.
Atrapa a un ladrón (To Catch a Thief. Alfred Hitchcock, 1955)
Por alguna extraña razón, ésta es una de las películas que menos se alaban de Hitchcock y, a la vez, es de las que ha dejado imágenes más icónicas. Por una parte, tiene todo el sentido, ya que ver en la misma pantalla a Cary Grant y Grace Kelly, con unas imágenes tan bonitas y a todo color, es realmente excepcional. De hecho, se llevó el Oscar a Mejor fotografía.
La mezcla de géneros, con esos toques más cómicos y románticos desperdigados, puede hacerle perder consistencia en algún momento, pero sigue siendo una grandísima película, mucho mejor que el entretenimiento medio de acción actual y con un final de los más sorprendentes de la historia del cine. O no.
Tú y yo (An Affair to Remember. Leo McCarey, 1957)
Esta bonita historia romántica protagonizada por Cary Grant y Deborah Kerr nos resulta familiar a todos. Porque, vista o no vista, es remake y tiene remake, lo cual facilita mucho las cosas a la hora de sentirse como en casa delante de ella. La primera, homónima y también dirigida por McCarey, es de 1939 y estaba protagonizada por Irene Dunne y Charles Boyer.
La segunda, en cambio, mucho más reciente, la conocemos como Algo para recordar (Sleepless in Seattle. Nora Ephron, 1993), está protagonizada por Tom Hanks y Meg Ryan, y es la típica película que todos hemos visto queriendo o sin querer.
En pocas palabras, una cinta muy agradecida de ver, en la que la pareja consigue engancharnos en su historia de amor, pero que, vista hoy y comparada con la versión más moderna, puede parecer menos emocionante. Igualmente, es una de las mejores películas de Cary Grant y solo por su presencia junto a Kerr ya merece la pena verla.
Con la muerte en los talones (North by Northwest. Alfred Hitchcock, 1959)
Si tuviéramos que elegir solo una película de Cary Grant, probablemente sería ésta. Puede que también sea de nuestras favoritas de la filmografía de Alfred Hitchcock y, sin duda, es uno de los mejores thrillers de espionaje de la historia del cine. Con la muerte en los talones es, directamente, un peliculón.
Pocas películas han obtenido tanta unanimidad de crítica en el momento de su estreno, aunque, de nuevo, muchos la tildaran de película para el público, comercial, etc. De eso nada, es una maravilla de cine bien hecho, bien dirigido, bien interpretado y realmente espectacular para la época. El que no la haya visto no sabe lo que se pierde. Pero, al menos, es casi seguro que hasta el más inocente ha visto esa secuencia de Cary Grant perseguido por el avión.
Aquí puedes leer la reseña de Con la muerte en los talones.
Charada (Charade. Stanley Donen, 1963)
La última de las películas de Cary Grant que queremos recoger aquí es, también, de las últimas de su filmografía. Y es que se retiró relativamente joven de la gran pantalla, no así de la vida pública, en la cual estuvo activo otras dos décadas. Aquí, vuelta al toque romántico y esta vez con una compañera también magnífica: Audrey Hepburn.
Y es que, si lo pensamos, apenas le quedaron grandes estrellas femeninas con las que compartir escena. Y eso solo está al alcance de los mejores.
Estamos, probablemente, ante uno de los mejores homenajes a Hitchcock de la historia del cine. Desconocemos qué podría haber hecho el inglés con este guion, pero Donen sin duda está a la altura que se espera y los protagonistas también ayudan con su buena química. Podríamos decir que es el prototípico thriller sesentero que mezcla comedia y romance con la intriga. Difícil de explicar, pero fácil de entender al verla.
Otras películas de Cary Grant que merecen la pena
¿Acaso hay películas de Cary Grant que no merezcan la pena? No vamos a adentrarnos en terrenos tan pantanosos, sobre todo sin haber podido disfrutar de la filmografía completa de este actor. Pero, en sus comienzos, sí que cayó algún título un poco más flojete, algo normal con ese ritmo de trabajo y producción.
De todas maneras, si las diez que hemos elegido como auténticamente imprescindibles no te parecen suficientes, te podemos recomendar también alguna que otra buena, como La pícara puritana (The Awful Truth. Leo McCarey, 1937), con Irene Dunne; Vivir para gozar (Holiday. George Cukor, 1938), con Katharine Hepburn; Solo los ángeles tienen alas (Only Angels Have Wings. Howard Hawks, 1939), con Jean Arthur y Rita Hayworth; o El asunto del día (The Talk of the Town. George Stevens, 1942), también con Jean Arthur.
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