Las películas de mafia han estado presentes en la gran pantalla casi desde los comienzos del cine. Al igual que las películas del oeste, los mafiosos, principalmente italoamericanos, han motivado tramas y personajes muy atractivos para los espectadores y eficaces en términos cinematográficos y no han dejado de aparecer en los grandes carteles de prácticamente todas las épocas cinematográficas.
De hecho, hay un par de películas de mafia que siempre están en las típicas listas de mejores películas de la historia, y seguro que todos vosotros sabéis cuáles son. Pero, como sucede cuando se habla de un género tan prolífico, la mayoría de recopilaciones de títulos suele acabar reuniendo las mismas y es complicado descubrir películas de mafia interesantes o desconocidas.
¿Cuáles son las películas de mafia típicas de siempre?
Hay películas de mafia tan famosas que resulta complicado encontrar a alguien que no las haya visto. Entre ellas suelen estar las de Francis Ford Coppola, Martin Scorsese y Brian de Palma. O, mejor dicho, la trilogía de El Padrino (The Godfather), Uno de los nuestros (Goodfellas), Casino, El precio del poder (Scarface), Atrapado por su pasado (Carlito’s Way), Los intocables de Elliott Ness (The Untouchables) o Infiltrados (The Departed).
Además de éstas, también hay otras que son unánimemente consideradas clásicos del cine y del género. Títulos como El golpe (The Sting), Érase una vez en América (Once Upon a Time in America), Muerte entre las flores (Miller’s Crossing) o la primera Scarface, la de Howard Hawks.
Hay otras películas de mafia también bastante conocidas y que hacen pasar momentos cinéfilos gloriosos. Hablamos de títulos como El caso Slevin (Paul McGuigan), Una historia del Bronx (Robert DeNiro) American Gangster (Tony Scott), Snatch. Cerdos y diamantes, y casi cualquiera de las de Guy Ritchie, o Donnie Brasco (Mike Newell).
Y, por supuesto, las obras que se salen de lo más normal en términos de cine de mafia, como Con faldas y a lo loco (Some Like It Hot) y Balas sobre Broadway (Bullets over Broadway). Pero vale ya del repaso de películas mafiosas. Vamos a por ésas que no son tan conocidas como las anteriores y que, por supuesto, son muy recomendables.
Las películas de mafia que proponemos a continuación son menos conocidas por el gran público y alguna de ellas es muy difícil de encontrar hoy en día. Pero, en caso de encontrarlas por ahí, prohibido saltárselas, por favor.
Hampa dorada (Little Caesar. Mervin LeRoy, 1931)
Ésta es una de las películas de mafia más influyentes de todos los tiempos. Además de ser una de las primeras, su presentación del mundo de la mafia resultó tan eficaz en la gran pantalla que sirvió como detonante para todo el cine negro americano que vendría después.
Además de una magnífica dirección por parte de Mervin LeRoy, uno de los cineastas clave en esas décadas, hay que destacar la siempre magnífica interpretación de Edward G. Robinson y, por supuesto, del galán Douglas Fairbanks Jr. a su lado.
El enemigo público (The Public Enemy. William A. Wellman, 1931)
Junto con la anterior y también con la más famosa Scarface, conforman un triunvirato pionero en el que hoy conocemos como cine de mafia pero que, por aquellos años, tampoco se salía del cine social, porque todas estas cosas de gánsteres y mafiosos eran el día a día allí.
Su ritmo directo y duro atrapa e impacta a los espectadores, pero, al final, con lo que más nos quedamos es con la interpretación de James Cagney y con unos recursos tan efectistas como las balas reales utilizadas en algunas de las escenas.
Ángeles con caras sucias (Angels With Dirty Faces. Michael Curtiz, 1938)
Estos años en los que la mafia estaba tan viva en Estados Unidos dieron grandes películas sobre mafiosos. Más o menos inspiradas en historias reales, aunque suponemos que, con las precauciones necesarias, se muestran bastante directas y crudas, pero sin la sangre que abunda actualmente en pantalla.
James Cagney, Humphrey Bogart y Ann Sheridan son algunos de los nombres que aparecen en pantalla para interpretar una historia de un sacerdote y un mafioso que fueron amigos en la infancia y que, pasados los años, han seguido caminos muy distintos.
El último refugio (High Sierra. Raoul Walsh, 1941)
Considerada como una de las obras maestras de Walsh, se puede decir que fue la película que encumbró a Humphrey Bogart como auténtica estrella de Hollywood. De hecho, la actriz principal de esta película, Ida Lupino, aparecía por delante de él en los carteles promocionales del film, lo que da la idea de que tenía más estatus que él en aquel momento.
Pero lo que nos ocupa aquí es que ésta es una de las películas de mafia más interesantes de esos años, con un Bogart que ya da ideas de lo que llegará a ser después y una historia muy bien estructurada y plasmada. Aquí os dejamos la reseña de El último refugio que hicimos en su día.
La ley del hampa (The Rise and Fall of Legs Diamond. Budd Boetticher, 1960)
Se podría decir que éste es uno de los trabajos típicos de Budd Boetticher, director especializado en dirigir filmes con una calidad muy por encima del presupuesto del que disponía.
Y ésta es algo así, una película de mafia hecha con cuatro duros, pero súper eficaz, directa y sin tapujos, sobre un auténtico matón de los años 20 que está dispuesto a escalar a la cima de los gánsteres de la época. Además, vista hoy en día, casi seis décadas después de su estreno, no da la sensación de que haya envejecido tanto, salvo por ver a un Warren Oates jovencito en un papel secundario.
El confidente (Le doulos. Jean-Pierre Melville, 1963)
El cine europeo no se vio exento de las influencias del cine negro americano, tan eficaz en décadas anteriores como disfrutable hoy en día. Y puede que, entre los directores del viejo continente que mejor entendieron el género, Melville esté en el podio.
Aquí proponemos El confidente por ser una de las más significativas, pero es cierto que, solo con títulos suyos, esta lista podría crecer hasta prácticamente duplicarse. No es de extrañar que, hoy en día, sea de los directores más reivindicados del cine de los sesenta.
La matanza del día de San Valentín (The St. Valentine’s Day Massacre. Roger Corman, 1967)
No es ninguna sorpresa que Roger Corman sea uno de los directores admirados en este blog, y que lo hayamos inlcuido anteriormente en nuestra lista de directores de culto por excelencia. Lo que sí puede sorprender un poco más es que, hace más de cuarenta años ya, dirigiera una película un poco más estándar y bajo los términos de los grandes estudios: La matanza del día de San Valentín.
Sería difícil determinar si ésta es realmente la mejor película de Roger Corman, pero sin duda podemos decir que está entre sus mejores títulos, no solo por los resultados conseguidos con el gran presupuesto que manejaba, sino porque fue un punto y aparte en el género de las películas de mafia, sobre todo con lo que respecta a las películas que vendrían después, que son las más recordadas hoy en día.
Asesino implacable (Get Carter. Mike Hodges, 1971)
Puede que el título suene a muchos, ya que Asesino implacable sufrió uno de esos remakes innecesarios hace unos años, de la mano de Sylvester Stallone. Ésta, por supuesto, no ha de incluirse aquí en esta lista, pero la original sí.
Una mítica película muy setentera, con un Michael Caine en plena forma protagonizando una historia dura y directa, de pura venganza. Muy inglesa y muy setentera, pero eso también tiene su encanto y aporta para considerarla una de las películas de mafia más recomendables de su época.
El largo viernes santo (The Long Good Friday. John MacKenzie, 1980)
Si la de antes era una de las películas de mafia inglesas más características de los setenta, El largo viernes santo es una de las más brillantes de la década posterior y también se puede considerar entre las más destacadas de su director y de su protagonista, el ya fallecido Bob Hoskins.
Aunque el ritmo de la narración, sobre todo al comienzo de la película, pueda resultar un poco lento para los espectadores más habituados al montaje frenético del cine actual, es como una serpiente que se enrosca poco a poco, va apretando y, finalmente, muestra todos los dientes al abrir la boca.
Sangre por sangre (Bound by Honor. Taylord Hackford, 1993)
Ésta esa una de esas películas de mafia relativamente recientes pero que no han tenido la suerte de llegar al gran público. Puede que a algunos les eche atrás su largo metraje de casi tres horas o que carezca de nombres famosos.
Pero esto no es óbice para que nos encontremos ante una de las mejores películas sobre bandas callejeras, con una historia narrada por un antiguo miembro de estas pandillas y una dirección que muestra de modo muy realista la dureza de este estilo de vida.