sed de mal

Sed de mal

Sed de mal (Touch of Evil) es una de esas películas que suena a casi todos, aunque sea solo por el nombre, y eso que ha pasado más de medio siglo desde su estreno. Esto no sucede con todas las películas, me dirán ustedes, y es así. Solo las grandes obras permanecen durante tanto tiempo en la mente del público.

Pero Sed de mal tiene un prestigio hoy que no tuvo siempre. A pesar de contar con un elenco casi imbatible, con Charlton Heston, Janet Leigh y Orson Welles en cabeza, y de haber estado dirigida por este último, que sin duda es una de las personas más influyentes en lo que hoy entendemos como cine, sus comienzos no fueron muy prometedores.

Y, aunque eso ahora ya no importe demasiado, siempre es bonito echar la vista atrás y aprender un poco sobre cómo fue el proceso de creación de esta película y, sobre todo, para entender por qué hoy en día Sed de mal está considerada como una de las obras maestras del cine negro.

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¿Qué cuenta Sed de mal?

El agente de narcóticos Mike Vargas (Charlton Heston) y su mujer Susan (Janet Leigh) se encuentran en su viaje de luna de miel junto a la frontera de Estados Unidos con México cuando presencian la tremenda explosión de un coche en el que viajaba un capo de la droga junto a su novia.

El caso empieza a ser investigado por el corrupto jefe de policía, Hank Quinlan (Orson Welles), cuyo principal empeño es fabricar pruebas falsas para acusar rápidamente a un joven al que considera culpable.

Pero Vargas descubre que el poco ortodoxo Quinlan está relacionado con el asesinato y esto desemboca en una lucha de titanes entre los dos policías, ya que ambos tienen motivos de sobra para querer ganar el caso.

¿Cómo fue la producción de Sed de mal?

Sed de mal parte de una novela de éxito relativo, escrita por Whit Masterson y publicada en 1956 con el título de de Badge of Evil. Los derechos de la novela fueron moviéndose sin demasiada determinación hasta que la Universal se interesó por ella, contando con Charlton Heston para el papel protagonista.

El hecho de que a Heston le gustara la historia fue crucial, ya que fue él quien se empeñó en que Welles se encargara del guion y de la dirección, además del papel de Quinlan.

Los problemas, más que durante esta fase y el rodaje llegaron a la hora de entrar en la sala de edición. Los productores evitaron a toda costa que Welles interviniera en el montaje y, a la vez, presionaron enormemente a los sucesivos montadores que iban llamando, sin conseguir que ninguna de las versiones resultara satisfactoria.

El último corte con el que se trabajó, que fue el que finalmente se proyectó en salas en 1958, llegaba a incluir escenas que no habían sido rodadas por Welles y fue un completo fracaso de crítica y público.

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La última versión de Sed de mal

En realidad, Sed de mal no le gustó a nadie, y Welles acabó tan disgustado que envió un extenso informe a la Universal, con instrucciones detalladas de cómo debía montarse y contarse la película para que pudiera ser considerada una obra suya.

Como es de suponer, esto se consideró un arrebato de creador y nadie hizo caso a este conjunto de papeles, que se creyó perdido hasta finales de los 90, cuando el propio Heston confirmó que tenía una copia en su poder.

Gracias a estas notas, se pudo reconstruir Sed de mal tal y como Welles la había imaginado, que es lo más justo para que hoy en día sigamos considerándola como una obra netamente suya.

Recepción y crítica de Sed de mal

Como dije antes, Sed de mal no obtuvo buenos datos en taquilla. Los vaivenes durante la fase de montaje llevaron a la película a perder coherencia y ritmo, y esto hizo que el público la olvidara rápidamente.

Entre la crítica especializada, parece que había mucho respeto por Welles, y todas las opiniones desfavorables son tan sutiles que tratan de minimizar el impacto destacando las ambiciones artísticas de Welles en cuanto a composición de planos, ángulos, iluminación, movimientos de cámara, etc.

Para ser justos, en Europa, en concreto en el festival de cine de Bruselas de aquel año, consiguió el premio a mejor película, gracias a los votos, entre otros, de Truffaut y Godard.

De todas maneras, se deja ver que no era una película que consiguiera enganchar y, en general, la gente se quedaba con detalles muy visuales, como el plano secuencia, y los más fácilmente apreciables, como las interpretaciones de los actores principales.

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La crítica más actual de Sed de mal es diferente. No voy a caer en el tópico de decir que era una película adelantada a su tiempo y que, por eso, no fue comprendida por los especialistas de la época. El cambio de criterio, creo, obedece mucho más al cambio de versión, aunque también a una visión mucho más completa y compleja de la figura y obra de Welles. De hecho, Roger Ebert llegó a escribir que el personaje de Hank Quinlan tenía referencias biográficas del propio director.

Sin duda, la mayor consistencia del montaje de la versión actual, mucho más cohesionado con el resto de elementos técnicos y artísticos, hace que Sed de mal resulta mucho más accesible a todos los públicos, incluso los que no son expertos en el género del cine negro o en el mismo cine clásico de Hollywood.

¿Qué hace tan buena a Sed de mal?

A mí no me suele gustar eso de declara a una película como la mejor de la historia, o de un género concreto. Pero no me queda más remedio que abordar esta cuestión aquí, porque de Sed de mal se ha dicho muchas veces que es la mejor película de Orson Welles y, también, la mejor película de cine negro de la historia.

Sobre lo primero, la principal dificultad está en enfrentarla a Ciudadano Kane (Citizen Kane, 1941), que no solo ha sido históricamente el buque insignia de la filmografía de Welles, sino que también es una de las películas más influyentes de la historia.

En cuanto al cine negro, son tantas y tantas las joyas que puedo nombrar que resultaría imposible decir cuál es la mejor de todas. Pero lo que no me queda ninguna duda es que Sed de mal fue la estrella que coronó ese árbol, y que, después de ella, ya tenemos que hablar de otra cosa, pero no de cine negro al uso clásico. Curiosamente, también fue la última película de Orson Welles en Hollywood, cerrando aquel ciclo que había iniciado gloriosamente unos años antes con Ciudadano Kane.

Sed de mal muestra un tratamiento muy evidente del enfrentamiento entre el bien y el mal. Los personajes de Heston y Welles son muy poco parecidos, por no decir opuestos, y la caracterización de cada uno de ellos ya lo da a entender desde el primer instante en que aparecen. Uno representa la nobleza y la rectitud, mientras que el otro es pura corrupción.

Pero el enfrentamiento, como en la vida misma, nunca es tan sencillo, e incluso la más noble de las actuaciones tiene sus puntos oscuros, sus riesgos y sus consecuencias poco deseables. Esto es lo que le sucede a la mujer de Vargas, que, siendo inocente de todo, es la que paga las culpas de las buenas actuaciones de su marido. Así es, algo tan injusto como esto, y que no es culpa del policía mexicano, pero que sí cae bajo su propia responsabilidad.

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Las piezas y los mensajes van teniendo mayor sentido si se tiene la oportunidad de darle más de un visionado a la película. Como sucede con las auténticas obras maestras, son muchas las capas aquí presentes, y no todas resultan tan visibles ni paladeables en un primer momento.

Algo así fue lo que comentó en su día Peter Bogdanovich con el propio Welles, ya que sus ojos no podían evitar centrarse en la maravillosa y potente dirección, hasta poder entender más tarde el meollo de la historia.

Por mi parte, la recomendación principal, tanto si la vas a ver por primera vez como si ya la has visto otras, es que te sientes a disfrutarla, de un modo pleno y consciente, pero sin obsesionarte en los detalles artísticos ni en los mensajes menos evidentes.

Sed de mal se puede apreciar de muchas maneras distintas y se puede analizar desde muchas perspectivas, solo es cuestión de que tú vayas haciendo tu camino, aunque la primera etapa de éste siempre será el plano secuencia inicial, uno de los mejores de la historia del cine.


Como siempre, dejo abiertos los comentarios de esta entrada, con el fin de que compartas conmigo cuál es tu opinión sobre esta película. También puedes hacerlo escribiéndo a mi cuenta de Twitter, en la que suelo compartir muchos otros contenidos relacionados con el cine y la televisión.


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