Una historia verdadera (The Straight Story), es una película dirigida por David Lynch en 1999, y protagonizada por Richard Farnsworth. Está basada en una historia real, protagonizada por Alvin Straight a principios de los noventa y, como veremos a continuación, no es sólo una historia verdadera, sino que es de esas historias que superan a la ficción en muchos aspectos.

historia verdadera posterAlvin Straight (Farnsworth) es un anciano de un pequeño pueblo de Iowa, que vive con su hija Rose (Sissy Spacek) y que no tiene un modo de vida ni un comportamiento especialmente sociables. De hecho, lleva sin hablarse con su hermano más de diez años. Pero cuando se entera de que éste ha caído enfermo, y dándose cuenta de la avanzada edad de ambos, decide que tienen que verse.

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El problema es que Alvin no dispone de recursos, y su hermano vive en un pueblo de Wisconsin, a cientos de kilómetros. Aún así, Alvin no se da por vencido y coge su pequeña segadora para realizar el viaje en un periplo que le costará varias semanas.

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Para Lynch fue una experiencia primeriza en muchos aspectos. Desde permanecer alejado del proceso de escritura, hasta su respeto hacia la historia original, que no alteró, llegando incluso a rodar la película en orden cronológico. El rodaje, además, fue bastante duro para el actor protagonista, ya que Farnsworth padecía un doloroso cáncer de huesos, pero con la tenacidad que también le imprime a su personaje, superó todas sus dolencias con tal de culminar una actuación tan brillante y creíble que nos parece tener al verdadero Straight ante nuestros ojos. Tristemente, el dolor que padecía le llevaría al suicidio unos meses después de finalizar el que sería su último trabajo en el cine.

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Pero volviendo a lo puramente cinematográfico, la película fue cosechando éxitos y nominaciones en grandes premios y certámenes a lo largo del mundo. También la crítica la apoyó unánimemente, sobre todo en el aspecto interpretativo. Pero en taquilla no funcionó especialmente. Una historia verdadera no es la típica película de Lynch, sino que tiene un tono más familiar, más abierto a todos los públicos, y tal vez no resultó lo suficientemente llamativa para los espectadores, ante la incertidumbre de no saber exactamente qué es lo que tenían delante.

Años después de su estreno, Una historia verdadera sigue siendo una película muy interesante de ver, muy entrañable y también muy emotiva. No es fácil que una película como ésta envejezca y, de hacerlo, es más difícil aún que lo haga de mala manera. Sólo hay que ver cómo las buenas críticas y comentarios sobre ella siguen creciendo. El Lynch más sencillo, el menos ambicioso, y el que mejor se mantiene.

2 comentarios

  1. Es una gran película, que enseña que al final y al cabo la familia es la familia. A veces hay que ceder un poco, cuando se trata de la sangre.

  2. Mariano G dice:

    Hola, muy buena la película. La vi hace muchos años en un mini festival de cine independiente que se hizo en mi ciudad. Un abrazo.

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